Massachusetts toma una decisión histórica al prohibir las botellas de plástico de un solo uso en organismos estatales, marcando un hito en la lucha contra el cambio climático y la justicia medioambiental.
En una iniciativa sin precedentes, la gobernadora de Massachusetts, Maura Healey, promulgó una orden ejecutiva que prohíbe las botellas de plástico de un solo uso en las compras de los organismos estatales. Esta medida, pionera en su género, se celebra como una decisión “pionera” de Healey y cuenta con el respaldo de numerosos defensores del cambio climático.
Los partidarios de la acción contra el cambio climático llevan mucho tiempo abogando por prohibiciones de este tipo, que la legislatura estatal ha denegado sistemáticamente. Melissa Hoffer, jefa de asuntos climáticos, subraya la importancia de esta ley, afirmando que es un paso vital para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y los plásticos de un solo uso.
Sin embargo, esta orden ejecutiva también ha suscitado críticas. Los detractores argumentan que la restricción podría afectar al estado durante emergencias, especialmente cuando hay una necesidad inmediata de agua potable. La Asociación Internacional de Agua Embotellada, en una correspondencia al gobernador Healey, expresó su preocupación de que esta prohibición podría aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar la capacidad del gobierno para responder a las necesidades de agua durante las crisis.
No obstante, algunos consideran que esta prohibición es sólo el principio y afirman que el Estado debería centrarse en otras cuestiones medioambientales como el reciclaje. Meg-Sobkowicz-Kline, profesora de ingeniería de plásticos en UMass Lowell, expresó que, aunque es esencial reducir el uso innecesario de plástico, no debemos descuidar nuestra infraestructura de reciclaje.
Simultáneamente, la gobernadora Healey firmó una orden ejecutiva añadida por la que se ordena al estado que fije objetivos de biodiversidad hasta 2050. La prohibición de las botellas de plástico de un solo uso para los organismos estatales ya es operativa.
La gobernadora Healey anunció por primera vez su intención de firmar esta orden ejecutiva en la Iniciativa Global Clinton en Nueva York. Destacó que Massachusetts será pionero en el país en emprender esta importante medida, que el poder legislativo se ha negado repetidamente a aplicar en la última década.
Healey aclaró que la producción y los residuos plásticos figuran entre las principales amenazas para nuestros océanos, el clima y la justicia medioambiental. Sostiene que el gobierno no sólo debe dejar de contribuir a este daño, sino también aprovechar la oportunidad de forjar un camino más sostenible.
La profesora Joan Fitzgerald, de la Northeastern University, considera esta medida como un aviso al poder legislativo de que es necesario adoptar nuevas medidas en este ámbito. Fitzgerald anticipa que esta orden ejecutiva instigará cambios más amplios, que podrían instar al poder legislativo a aprobar normativas adicionales sobre la eliminación de tipos específicos de plásticos de un solo uso.