Carolina Jannicelli es Líder de Impacto Comunitario en JPMorgan Chase
Mi primer trabajo fue en la zapatería de mis padres en Managua. Como hija de propietarios de una pequeña empresa, aprendí que el camino hacia el éxito se debe al trabajo, perseverancia y sacrificio.
Crecer en Nicaragua suponía un aire de incertidumbre. La inestabilidad económica y política dificultaba la planificación a largo plazo lo que hacía que mi familia y muchas otras se mantuvieran alerta para superar la próxima crisis. El entorno político nos obligó a buscar una nueva vida en Costa Rica a principios de la década de los 80. Después de un tiempo y gracias al esfuerzo de mis padres por brindarnos oportunidades (a mis hermanos y a mí), pude asistir a la universidad en Massachusetts.
No fue hasta que me mudé a los EE. UU. que pude aprender sobre salud financiera. A través del sacrificio de mis padres, aprendí también la importancia de la educación. Los recuerdo increíblemente capaces de cuidar de nuestra familia y poder sacarla de Nicaragua en medio de inseguridad y bombas cayendo. Sin embargo, mis padres no pudieron enseñarme sobre estabilidad financiera porque simplemente no existía en sus vidas – como en la de nadie nuestro alrededor.
Estados Unidos ofrecía un clima más estable en el que la gente tenía la oportunidad de pensar en su futuro financiero. Un día, mientras me preparaba para las clases, sintonicé un progama de televisión de finanzas personales (con Suze Orman) que hablaba sobre el plan 401K y por primera vez sentí que podía (y tenía que) planificar un futuro financiero.
Me acuerdo de la visita de un banco regional a la universidad con mesitas para abrir cuentas corrientes y tarjetas de crédito para estudiantes. Al participar de la actividad de ese día, no me di cuenta que con esa simple acción había comenzado a construir mi historial crediticio en este país. Sabía que necesitaba pagar mi tarjeta de crédito y recibos a tiempo, pero no sabía que efectuarlos abrirían camino hacia mi salud y futuro financieros.
Muchas familias hispanas tienen una historia similar y han vivido inestabilidad financiera. Muchas desconfían de las instituciones financieras, debido a un historial poco favorable de las mismas, particularmente en países fuera de los EE. UU. Lo que aprendí trabajando en la industria de servicios financieros durante más de dos décadas es que existen servicios vitales que necesitamos para salir adelante, generar crédito y ahorros y aprender a administrar nuestro dinero para crear estabilidad para nuestras familias.
En los EE. UU., la comunidad hispana y latina enfrenta marcadas disparidades en lo que respecta a la salud financiera y riqueza, muchas de las cuales van más allá de la capacidad del individuo. El hogar promedio afroamericano, hispano o latino en el país genera solo alrededor de la mitad de lo que gana el hogar blanco promedio, según datos de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Asimismo, los bajos niveles de riqueza personal limitan el éxito empresarial, según un informe publicado por la Agencia Federal de Pequeños Negocios.
Como Líder de Impacto Comunitario en JPMorgan Chase, me dedico a ayudar a cerrar estas disparidades y conectar productos, servicios e inversiones que generen una mayor salud financiera y oportunidades económicas para las comunidades hispanas , latinas y afroamericanas, y aquellas con acceso limitado a servicios bancarios. De eso se trata nuestro Compromiso de Equidad Racial de $30 mil millones. Porque sabemos que para crear un cambio real y sostenible es necesario cambiar los cimientos.
Parte de lo que hacemos es enseñar educación financiera, ya que “saber es poder”, y ayudar a más personas a comprender el poder del ahorro para dar forma a su futuro y el de sus familias. Aunque pueda parecer un sacrificio, la cantidad más pequeña de ahorro puede situarlo en un mejor lugar financiero. Durante mi carrera en la banca privada, ese era en mi trabajo: comprender cómo preservar y construir riqueza personal y ayudar a que personas y familias tomaran decisions financieras que les permitiera lograr sus metas.
La riqueza no significa “ser rico”. La riqueza se trata de tener una vida en la que uno cuente con recursos financiero para cuidarse a sí mismo (y a su familia) y alcanzar sus metas. Ese número es diferente para cada persona.
A lo largo de mi carrera en aprendí algunas cosas. Aprendí que si uno puede administrar bien $10 dólares, también podrá administrar diez millones de dólares; aprendí que incluso a los millonarios les preocupa que no estén administrando su dinero tan bien como se debería (todos necesitamos orientación y ayuda). También aprendí que aunque algunos no hayamos crecido sabiendo cómo administrar nuestro dinero para no vivir de “mes a mes”, hay pasos que se pueden tomar para desarrollar un bienestar financiero.
Se comienza con un presupuesto, o simplemente, entendiendo lo que entra y lo que sale. Cuando comencé a aprender sobre planificación financiera hice varias listas: una de gastos esenciales como el alquiler y otra lista de cosas opcionales como un par de zapatos elegantes o tomar el metro en vez de un taxi. No necesitaba dejar de ir a restaurantes para ahorrar, pero si podía salir a cenar dos veces en vez de cuatro al mes.
Teniendo claridad sobre lo que gasta y en qué, uno puede determinar lo que puede ahorrar. Recuerde que los presupuestos se pueden modificar y que el objetivo es trazar un mapa de cómo está utilizando sus ingresos para darle un panorama claro y el poder de elección sobre el gasto y el ahorro.
Ya sea que trabaje en una tienda de zapatos,en una institución financiera o en cualquier otro lugar, la creación de riqueza realmente se reduce a una cosa: el ahorro. Toda cantidad, incluso $10 al mes, suma con el tiempo, pero primero debe tener una buena idea de sus gastos.
Si tiene la suerte de trabajar para una empresa con plan de retiro 401K que ofrezca programas de contribuciones equivalentes sobre el mismo, aprovéchelo al máximo ya que significa dinero gratuito. La salud financiera no se trata del tamaño de su cuenta bancaria, sino de poder ahorrar más y lograr sus objetivos. Esto no fue algo que me enseñaron, pero sí una lección importante para poner en práctica ya que de ello depende el sustento y futuro de nuestra comunidad.