Recientemente, en el área de Mass & Cass dos hombres fueron acusados de tráfico sexual de personas. Ambos sucesos terminaron de alarmar a los vecinos del área, quienes siguen insistiendo en que la zona sigue plagada de delincuencia y consumo de drogas al aire libre a pesar de que las autoridades quitaran las carpas de personas sin hogar en el mes de enero.
Boston Globe señala que Reyes Familia, de 30 años, de Malden, habría secuestrado a una mujer que trató de comprarle drogas, la mantuvo cautiva durante varios meses y la obligó a trabajar como prostituta en el área alrededor de la intersección de Massachusetts Avenue y Melnea Cass Boulevard, indicaron los fiscales en documentos judiciales. Fue acusado de secuestro, violación, asalto y agresión con un arma peligrosa por presuntamente apuñalar a la mujer.
Mientras tanto, un hombre de Boston fue arrestado el miércoles 23 de marzo por la noche después de que presuntamente trató de obligar a dos policías encubiertas en Massachusetts Avenue a trabajar para él como prostitutas, sugiriendo que le ofrecía sexo a cambio de una tarifa en un hotel cercano
El acusado, Keon Boggs, después de su arresto, dijo a las autoridades que vivía en el refugio de 112 Southampton St., lo que incrementa las preocupaciones del vecindario respecto a que muchas de las personas que buscan servicios sociales y apoyo en el área son las mismas que cometen delitos y se aprovechan de las víctimas vulnerables, señala Boston Globe.
Los líderes comunitarios reiteraron esas preocupaciones durante una reunión con funcionarios de Boston, e instaron nuevamente a la ciudad a trasladar algunos servicios, como refugios y programas de intercambio, a otros vecindarios.
Muchos programas de servicios sociales se basan en el área, incluidas dos clínicas de metadona, dos refugios para personas sin hogar, un centro de compromiso y dos programas de atención médica.
En enero, la administración Wu desmanteló los campamentos y trasladó a las personas a viviendas de transición, lo que se conoció como la primera etapa para sacar a las personas de las carpas para protegerlas del frío y cuidar su salud. Pero a los líderes del vecindario les preocupa que la gente regrese cuando llegue el clima cálido.
