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El retiro de Oliver Pérez será el adiós de un pitcher que todavía saca outs

Oliver Pérez en su último baile con Cleveland, en la MLB / Foto captura MLB Network

El mexicano Oliver Pérez, uno de los mejores pitchers zurdos de la MLB en la última década, anunció su retiro días atrás, antes del Carnaval. Pero aunque está decidido a dejar el beisbol, lo hará siendo todavía una figura del montículo y de su país.

Pérez lanzó en las Grandes Ligas hasta 2021, cuando fue dejado en libertad por los Indios de Cleveland. Pero ojo, que no quedó sin trabajo por haber bajado de nivel. Por el contrario, no permitió carreras en sus cinco encuentros con la tribu y cerró con 0.00 de efectividad.

Una pequeña cadena de casualidades forzó aquel movimiento. Los indígenas necesitaban abrir un cupo en el roster activo y tenían relevistas de sobra. Era mayo y el sinaloense optó por irse a la Liga Mexicana de Beisbol, donde de nuevo se lució.

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Pérez cumplió 40 años de edad en agosto, mientras defendía a los Toros de Tijuana. Y con 21 buenas presentaciones les ayudó a conquistar la corona de la LMB. Dejó 2.63 de efectividad, ponchó a 35 hombres en 24 episodios y apenas dio 5 bases por bolas. No son los números de alguien a las puertas del adiós.

Y es que este nativo de Culiacán sigue estando en óptimo estado, gracias a una combinación de trabajo duro y constante evolución.

Su penúltimo baile, en la Liga ARCO del Pacífico, volvió a mostrarle como un bombero eficaz. Su promedio de carreras limpias en la ronda eliminatoria fue de 2.84, siguió repartiendo chocolates y manteniendo bajo el número de pasaportes.

Y es que Pérez ha mejorado continuamente, desde que hace más de dos décadas saltó a las Grandes Ligas como uno de los tiradores de recta más poderosa.

El mexicano ha enseñado su mejor control conforme cumple más años. En sus últimas cinco campañas en la MLB, entre 2017 y 2021, promedió apenas 2,7 transferencias por cada nueve innings, sin dejar de fusilar a los contrarios. En ese mismo lapso pasó por las armas a 10,4 rivales cada nueve entradas. Y su efectividad ajustada muestra que fue un pitcher 47 por ciento mejor que la media de sus colegas en ese período.

¿Por qué se va entonces, si sigue siendo un buen monticulista?

«ESPERAMOS UN AÑO FENOMENAL»

Probablemente su determinación a bajarse de la loma se deba al tiempo que tiene sobre ellas. Pérez acumula 23 torneos en la pelota profesional, desde que comenzó su andadura en las Ligas Menores. Es un recorrido que pocos, muy pocos pueden contar.

“Queremos darles la noticia a todos”, dijo en un video que publicó en Twitter. “Llegamos a una decisión, muy contentos todos, junto con mis padres, mis hermanos, mi esposa y mis niños: está será mi última temporada jugando béisbol, tanto con los Toros de Tijuana como con los Tomateros de Culiacán. Ambos equipos están enterados y la verdad es que están muy contentos».

Su familia también fue determinante para que comenzara la mejor parte de su carrera.

Pérez era un serpentinero talentoso, pero inconsistente, cuando sufrió la desgarradura del codo a los 29 años de edad. Debió ser sometido a la Cirugía Tommy John y pensó en el retiro, segun recuerda MLB.com. Pero sus parientes le insistieron en seguir. Todavía era joven y sus herramientas nunca mermaron, antes de la lesión.

El zurdo dio un paso crucial a su regreso, en 2012: convertirse en relevista. Eso le permitió llegar a ser uno de los mejores pitchers de México en la historia del Big Show.

En sus primeros 9 torneos, antes de la operación, participó en 206 choques, casi todos como abridor. Tiró 1.111 entradas y dos tercios, con 1.126 ponchetes, pero también con 628 transferencias gratis. El descontrol era su mayor enemigo. Su efectividad ajustada en ese lapso fue de 90, es decir, 10 por ciento peor que la media de las Grandes Ligas.

En las 10 justas que siguieron a eso apareció en 490 encuentros, con 419 ponches en 350 episodios, 133 pasaportes y 121 de efectividad ajustada (es decir, 21 por ciento mejor que la media de la Gran Carpa).

Peter Gammons recordó por estos días una confesión de Barry Bonds: el de Culiacán fue el zurdo más difícil que encontró en el camino.

«Me tuvo miedo Barry Bonds. Mejor que no digan los que me macanearon», bromeó en la rueda de prensa de despedida que ofreció en el estadio de los Tomateros.

La consistencia que ganó Pérez le permitió avanzar en los máximos registros que han dejado los mexicanos en la MLB. Hoy es segundo en apariciones detrás de Joakim Soria y tercero en abanicados detrás de Fernando Valenzuela y Yovani Gallardo. También es sexto en innings.

Ninguno de sus compatriotas ha acumulado 19 campeonatos arriba, como él.

Pero lo más notable ha sido ese progreso que le ha permitido ser mejor ahora, con 40 años de edad, que en sus inicios, cuando soltaba fuego a los 24 o 25.

A pesar de eso, se marcha. Aunque pareciera quedarle suficiente gasolina en el tanque.

«Muchísimas gracias por su apoyo», se despidió. «Esperamos que sea un año fenomenal. Muchísimas gracias. Y los esperamos en este gran año”.

Quedará para ver la acción desde las tribunas, aunque todavía es un lanzador capaz de sacar outs.

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