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ESPECIAL | DC: Congreso y negocios preparan regreso a normalidad con cautela

Las audiencias y votaciones en los comités de la Cámara Baja se regularizan lentamente, aunque con opciones “híbridas”

REACTIVACIÓN. En los alrededores de Downtown, la calle K, la Casa Blanca y el Congreso ya se empieza a ver movimiento hacia instalaciones gubernamentales y oficinas. | Crédito de las fotos: Carmen Rodríguez

Los negocios de la capital estadounidense se alistan para una reapertura total a partir del próximo fin de semana y, con el lento retorno a la normalidad en el Congreso, también los cabilderos de grupos de presión se ajustan a la nueva era post-COVID-19.

En una serie de entrevistas con líderes del Congreso, de la industria de cabilderos, o “lobbysts”, y del sector de servicios, El Tiempo Latino pudo constatar que la pandemia del coronavirus sigue presente en la vida nacional, pero ya no con la fuerza de una amenaza existencial gracias a una masiva campaña de vacunación.

Según datos recopilados por la universidad de Johns Hopkins, la pandemia del COVID-19 ha causado la muerte de más de 598 mil personas tan solo en Estados Unidos en los últimos 15 meses, en lo que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) han calificado como la peor crisis de salud pública en un siglo.

La buena noticia es que, para el pasado fin de semana, se habían administrado poco más de 302 millones de vacunas contra el COVID-19 y el 42,1% de la población nacional está completamente vacunada, según los CDC.

El uso de mascarillas sigue siendo obligatorio en el pleno de ambas cámaras del Congreso, donde se realizan las votaciones -debido a que no todos los legisladores se han vacunado-, y sólo se aceptan visitas en persona con citas previas y bajo ciertas restricciones.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha impuesto una multa de $500 por la primera vez que un congresista se niegue a usar mascarilla en el pleno, y multas adicionales de $2 mil 500 por cada infracción adicional. Los congresistas deben usar las mascarillas mientras no tengan su turno de hablar.

MULTA. Nancy Pelosi, ha impuesto una multa de $500 por la primera vez que un congresista se niegue a usar mascarilla en el pleno. | Crédito de la foto: EFE – MICHAEL REYNOLDS.

Aunque cada congresista decide cómo gestionar su oficina, para el pasado día feriado de “Memorial Day”, la mayoría de los asesores y equipos administrativos ya habían regresado a sus escritorios.

La clave del lento retorno ha sido, según explicó el congresista demócrata por Illinois, Jesús “Chuy” García, la campaña de vacunación.

“El primer paso fue vacunarse. El 100% de los congresistas demócratas ahora están vacunados, y la mayoría de nuestro personal también lo está. Pero continuamos siguiendo la guía de los CDC y de la Oficina del Médico del Congreso para asegurarnos de que todos los miembros de nuestro equipo estén protegidos”, agregó.

Para García, la pandemia ha dejado importantes lecciones no sólo en las prácticas de protección en el trabajo y el hogar sino también en el uso de la tecnología para realizar de forma virtual las labores legislativas.

“En el momento en que nuestros electores más nos necesitaban, mi personal no se detuvo ni en Washington ni en el distrito” en Illinois, enfatizó García, quien reconoció que la ausencia física de visitantes o activistas en la “casa del pueblo” le da al Capitolio un ambiente “definitivamente diferente”.

Aunque el Capitolio aún no está abierto a los turistas, las autoridades han restablecido las delegaciones legislativas al exterior, la contratación de becarios, y partidos de softball espontáneos.

“Se siente un ambiente tranquilo. Aunque hay algunos miembros y sus asesores en el recinto del Capitolio todo el tiempo, se nota mucho la ausencia de visitantes y turistas”, señaló Bonnie Watson Coleman, congresista demócrata por Nueva Jersey y miembro del grupo de Legisladoras Demócratas de la Cámara Baja.

Watson Coleman señaló que las audiencias y votaciones en los comités regresan lentamente a la normalidad aunque con opciones “híbridas”, es decir, mediante una mezcla de videoconferencias en Webex o en persona.

Según los reglamentos establecidos, los legisladores seguirán votando en pequeños grupos en el pleno, y podrán emitir su voto a través de terceros hasta principios de julio próximo, si logran justificar su ausencia.

Por otra parte, barreras metálicas aún rodean la periferia del Capitolio como medida de seguridad tras el atentado del pasado 6 de enero. Ese día, una horda de seguidores del entonces presidente Donald Trump intentó frenar de forma violenta la certificación de los resultados electorales que dieron la victoria al demócrata Joe Biden.

En ese sentido, Watson Coleman destacó la urgencia de que el Senado apruebe una medida ya aprobada en la Cámara Baja que provee fondos suplementarios tanto para reforzar la seguridad en las instalaciones del Congreso como para continuar respondiendo a la pandemia.

Inicio de una nueva normalidad

La pandemia puso de rodillas a los negocios en todo EEUU, lo que ocasionó pérdidas multimillonarias y el despido de centenares de miles de trabajadores. Para algunos negocios, ni los préstamos del gobierno incluidos en planes de estímulo económico fueron suficientes para rescatarlos de la ruina.

Ahora, la masiva campaña de vacunación nacional ha permitido la reapertura paulatina de los negocios, escuelas e instituciones, aunque los estados han establecido sus propios cronogramas.

VACUNACIÓN. La clave del lento retorno ha sido, según explicó el congresista demócrata por Illinois, Jesús “Chuy” García, la campaña de vacunación. | Crédito de la foto: Cortesía.

En la capital estadounidense, la alcaldía ya había levantado la mayoría de las restricciones en actividades al interior de restaurantes y edificios el pasado 21 de mayo, con la excepción de clubes nocturnos, bares y demás sitios de entretenimiento.

Para el 11 de junio se prevé el levantamiento total de las restricciones restantes, aunque se mantendrá en pie el uso obligatorio de mascarillas al interior de edificios. Esto permitirá la reapertura absoluta de iglesias, escuelas, guarderías, restaurantes, tiendas, gimnasios, estadios y centros deportivos, bibliotecas, museos y galerías, piscinas, y otros sitios públicos. Tampoco habrá restricciones para fiestas y demás eventos privados.

Para el próximo 12 de julio, se prevé que todos los empleados públicos del Distrito de Columbia puedan regresar a las oficinas al menos de forma parcial, según el plan de reapertura de dos etapas establecido por la alcaldesa Muriel Bowser.

Cabilderos de la calle K en acción

Con la pandemia, también los cabilderos de grupos de presión tuvieron que resignarse a llamadas telefónicas y encuentros virtuales ante la cancelación de reuniones en persona en el Congreso.

Pero eso, según Elizabeth Z. Bartz, presidenta y principal ejecutiva del grupo “State and Federal Communications” conllevó la ventaja de un contacto más directo y sin interrupciones con los legisladores, para tratar de influir en el proceso legislativo sin que la distancia fuese impedimento.

“Con esta pandemia, los cabilderos han tenido que ser más creativos al reunirse con los legisladores por Zoom, porque, aunque son reuniones muy breves al menos no tienen las distracciones de reuniones en los pasillos del Capitolio”, explicó Bartz, cuyo grupo ofrece capacitación a empresas e instituciones sobre “el arte de hacer lobby” y los entresijos legales en todo el país.

“Ahora que las cosas vuelven a la normalidad, como en DC, los cabilderos quieren agradecer a los legisladores por ayudarlos con sus asuntos, porque los gobiernos estatales y el federal siguieron funcionando… supongo que habrá gente que querrá seguir usando mascarillas; yo pienso seguir usándolas adentro de edificios, como precaución”, agregó Bartz.

“Creo que los cabilderos seguirán haciendo pequeños ajustes, porque al final todos quieren que los legisladores presten atención a sus asuntos. Veremos que esto realmente aumentará después de Labor Day, y ciertamente el año que viene cuando estemos de vuelta en el ciclo de campaña electoral”, vaticinó la experta.

De hecho, la pandemia no frenó las actividades de los cabilderos, solo modificó sus operaciones de acercamiento con el Legislativo. El año pasado, en medio de la crisis sanitaria y el estancamiento legislativo, el gasto en las actividades de cabildeo se mantuvo estable, con un total de casi $3 mil 500 millones, un poco menos que la cifra récord de $3 mil 800 millones de 2019, según un análisis del grupo OpenSecrets.

Si Bartz acierta con su predicción, los restaurantes del área de la calle K volverán a ser sitios de encuentro predilectos de los cabilderos. Con la pandemia, claro está, muchos cerraron sus puertas para siempre o tuvieron que recortar severamente sus horarios.

Pero la Taberna del Alabardero, un opulento restaurante de auténtica cocina española, ya recibe comensales de embajadas, instituciones financieras multilaterales y organismos internacionales como la OEA, con el mismo ritmo que antes de la pandemia.

“Los fines de semana recibimos típicamente entre 180 y 200 personas al día, y ya estamos recibiendo reservaciones para eventos futuros. La pandemia fue un golpe muy duro a la industria de servicios, pero siento que ya estamos regresando a la normalidad”, dijo un empleado del restaurante que pidió el anonimato.

«Estamos regresando paulatinamente a nuestras oficinas, después de un año difícil para todos. En mi oficina hay algunos compañeros que aún trabajan remotamente porque el regreso será poco a poco. Esperamos que en agosto estemos todos de regreso físicamente», dijo Josh, un oficinista federal que trabaja en el centro de negocios de la ciudad, quien pidió reservar su apellido por privacidad.

Josh también afirmó que muchas cosas importantes de su oficina se resolvieron vía reuniones online y que para él y sus compañeros que han regresado a las actividad cotidianas es grato tener su empleo y poder regresar a la vida normal.

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