Donald Trump superó el segundo juicio político en su contra en el Senado, donde la votación quedó en 57 senadores pidiendo la condena contra 43 demandando la absolución, el sábado 13 de febrero. No se logró el objetivo del impeachment, pues se requería el apoyo de mínimo 67 senadores; pero los demócratas elevaron el debate sobre la responsabilidad del expresidente en el asalto al Capitolio, con posibles consecuencias en el futuro.
Pierre Prialé, abogado penalista, socio en Prialé & Racine, aseveró que desde un principio se conocía cómo iba a terminar el juicio político, pues los demócratas “sabían que no contaban con los votos” para la condena; pero consideró que los legisladores sintieron la responsabilidad moral de llevarlo a cabo.
En una entrevista exclusiva con El Tiempo Latino, Prialé señaló que el juicio fue una jugada política de los demócratas que tendrá repercusiones en las próximas elecciones legislativas y a su vez envía un mensaje de que acciones como las del expresidente Trump no pueden volver a ocurrir.
El equipo legal del expresidente, a su vez, planteó los argumentos de que el proceso de impeachment era -a su juicio- inconstitucional, sostuvo que se infringió el debido proceso al dar poco tiempo para presentar el caso y centró su defensa en lo establecido en la Primera Enmienda referente a la libertad de expresión y la reunión pacífica.

En ese sentido, tanto Prialé como la abogada Sarah Bazzi, fundadora de Bazzi Immigration Law, consideraron que el proceso sí fue legal. De hecho, fue el primer aspecto que consideró el Senado en el primer día del juicio político, al aprobar la constitucionalidad del mismo con una votación 56-44.
Prialé explicó que en primera instancia el juicio político tiene la finalidad de separar al funcionario de su cargo, lo que no iba a ocurrir con Trump porque el 20 de enero dejó de ser presidente: lo cual sirvió de argumento para la defensa.
El jurista reconoció que el equipo legal de Trump estaba en desventaja porque no se integraba por expertos en el proceso, ni abogados constitucionalistas. Un segundo posible castigo pudo haber sido prohibirle al exmandatario ocupar cualquier puesto político en el futuro, pero primero debía ocurrir la condena por “incitación a la insurrección”.
Bazzi también afirmó que el juicio fue constitucional. Sostuvo que los demócratas lo impulsaron “por la historia”, dando una oportunidad a los senadores republicanos de reconocer los hechos y porque si no hacían nada estaban “apoyando lo que ocurrió” en el Capitolio el pasado 6 de enero.
Impeachment histórico
Solo cuatro juicios políticos se han hecho en contra de presidentes de Estados Unidos en toda la historia, los dos primeros fueron realizados a los exmandatarios Andrew Johnson (1865-1869) y Bill Clinton (1993-2001), mientras que los otros dos los enfrentó Trump. De acuerdo con Efe, el proceso de este año ha sido el que más apoyo bipartidista ha tenido.
En el Senado, miembros de la Cámara de Representantes actuaron como “fiscales acusadores” para plantear los argumentos de “incitación a la insurrección” en contra del exmandatario. Eric Swalwell, congresista demócrata por California, fue uno de ellos.

Swalwell mostró un tuit de Trump en el que el expresidente pidió reservar la fecha del 6 de enero para acudir a Washington a manifestarse. “¡Estén allí, será salvaje!”, se lee en parte del mensaje. “La conducta del presidente Trump antes del 6 de enero fue deliberada, planificada y premeditada”, denunció el representante.
Aseguró que durante las semanas previas al asedio, Trump incitó a sus partidarios a detener el supuesto robo electoral en términos de combate. Los demócratas presentaron además de los tuits, videos del asalto al Capitolio, algunos de ellos inéditos, en los que se reveló que figuras prominentes como el exvicepresidente Mike Pence o el senador Mitch McConnell estuvieron cerca del peligro.
Joe Neguse, representante demócrata por Colorado, sostuvo ante el Senado que el asalto al Capitolio “era predecible y previsible”, debido a las provocaciones del expresidente Donald Trump.
Por su parte, el representante Jamie B. Raskin, demócrata por Maryland, rechazó el argumento de la Primera Enmienda de Trump como defensa ante la acusación: “El presidente no tiene el derecho de la Primera Enmienda para incitar a una turba y luego sentarse y no hacer nada mientras la turba hostil invade el Capitolio y aterroriza al Congreso”.
El equipo legal de Trump, integrado por los abogados David Schoen, Michael van der Veen y Bruce Castor, respondió que los fiscales acusadores estaban motivados por el odio al expresidente. El viernes 12 de febrero tenían hasta 16 horas para la presentación, pero antes de las tres horas había finalizado el derecho a la defensa.
Castor dijo en la presentación: “Seamos claros: este juicio es mucho más que el presidente Trump. Se trata de anular a 75 millones de votantes de Trump y de penalizar puntos de vista políticos. De eso se trata realmente este juicio”.

El grupo de los siete
Los demócratas afirmaron que el temor por las repercusiones en el partido contrario llevaron a la mayoría de los senadores republicanos a votar a favor de Trump. Richard Blumenthal, senador demócrata por Connecticut, aseguró que si el voto hubiese sido secreto Trump no habría quedado absuelto.
Solo siete senadores republicanos apoyaron la condena: Susan Collins, Lisa Murkowski, Mitt Romney, Ben Sasse, Bill Cassidy, Pat Toomey y Richard Burr. El equipo de Mitch McConnell, líder de la minoría en la Cámara Alta, filtró la mañana del sábado que el legislador votaría a favor de Trump, lo cual ocurrió y pudo haber motivado a más congresistas a mantener su lealtad.
Sin embargo, McConnell sorprendió después de la votación con un discurso en el que calificó a Trump como moralmente responsable del asalto al edificio del Capitolio. Luego señaló que es ante la Justicia y no ante el Senado que el expresidente debe rendir cuentas. Vale destacar que inicialmente el senador estuvo a favor de realizar el juicio político, pero después cambió de opinión.
“Él no se ha librado de nada todavía. Tenemos un sistema criminal en este país, tenemos un sistema civil; y ningún expresidente es inmune a ninguno de los dos”, agregó McConnell.
El martes 16 de febrero, Trump solicitó a los senadores republicanos retirar su respaldo a McConnell como líder de la minoría en la Cámara Alta. Advirtió que, a su juicio, el partido no volverá a ganar una elección con el legislador al frente de la bancada.
“El Partido Republicano nunca más podrá ser respetado o fuerte con ‘líderes’ políticos como el senador Mitch McConnell a la cabeza”, planteó Trump en una nota.
Con el respaldo de 43 senadores se evidenció la influencia que aún mantiene Trump en el Partido Republicano, que tomó acciones en contra de algunos de sus miembros. Bill Cassidy (de Luisiana), por ejemplo, fue censurado por la organización en su estado.
Los senadores Richard Burr (Carolina del Norte) y Patrick Toomey (Pensilvania) recibieron críticas de parte de sus constituyentes. Sin embargo, se consideró que ambos tuvieron más libertad para votar porque en 2022 se retirarán de la política.
Únicamente Lisa Murkowski (Alaska) aspira a la reelección en los próximos comicios legislativos. Susan Collins (Maine), Ben Sasse (Nebraska) y Cassidy fueron reelectos en noviembre de 2020.
Mitt Romney, sin embargo, mantiene un sólido respaldo en Utah y se ha consolidado como un opositor a Trump en las filas del Partido Republicano.
Reacciones
Joe Biden, quien se mantuvo al margen del juicio político desde un inicio, expresó que la absolución de Trump demostró la fragilidad de la democracia; exhortando a los estadounidenses a defender la verdad.
“Este triste capítulo en nuestra historia nos ha recordado que la democracia es frágil. Que siempre hay que defenderla. Que siempre debemos estar alerta. Esa violencia y extremismo no tienen cabida en Estados Unidos”, expresó el mandatario en un comunicado difundido la noche del sábado 13 de febrero.
Desde la Casa Blanca el presidente realiza esfuerzos por llegar a consenso con los republicanos para lograr una unidad.
Trump, mientras tanto, celebró la absolución con un comunicado en el que dejó abierta la posibilidad de volver a la política. Sin embargo, deberá superar la investigación iniciada por una llamada telefónica en la que pidió a un alto funcionario de Georgia encontrar votos a su favor; y el proceso abierto en Nueva York relacionado con sus impuestos.
“Nuestro movimiento histórico, patriótico y hermoso para hacer a Estados Unidos grande de nuevo solo acaba de empezar. En los meses venideros, tengo mucho que compartir con ustedes y espero continuar nuestro increíble viaje juntos para lograr la grandeza estadounidense para toda nuestra gente. ¡Nunca ha habido nada igual!”.
Con la resolución del juicio político, cuyo desarrollo ocupó cinco días al Senado, se despeja el camino para que los legisladores se centren en otras prioridades fijadas a inicio de año: se prevé que aborden rápidamente temas como la propuesta de alivio económico y la reforma migratoria, ambas planteadas por Biden.