El gobernador Charlie Baker advirtió el miércoles 18 de noviembre que celebrar este año el Día de Acción de Gracias «como de costumbre» podría desencadenar un brote significativo de COVID-19 y un posible retroceso del plan de reapertura económica de Massachusetts.
«Las tendencias obviamente se están moviendo en la dirección equivocada y este segundo aumento es peligroso para todos nosotros», dijo Baker durante una conferencia de prensa en la Cámara de Representantes.
El más reciente reporte de COVID-19 muestra 2744 nuevos casos, 47 muertes y una tasa de contagios del 3,3 por ciento.
Baker hizo un llamado a todas las personas para que limiten sus reuniones y solo compartan con su núcleo familiar. Además advirtió que el virus se propaga más fácilmente en interiores con escasa ventilación y, sobre todo, si no se siguen las medidas de prevención.
«Vimos lo que sucedió en Canadá después del Día de Acción de Gracias en octubre, cuando casi dos semanas después de la celebración enfrentaron un gran aumento en los casos», comentó Baker.
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Con el Día de Acción de Gracias cada vez más cerca, los centros de pruebas COVID-19 en todo el estado han contado con largas filas de personas que presumiblemente buscan hacerse el test antes de viajar.
“Mucha gente no está prestando atención a mi recomendación con respecto a las vacaciones”, dijo Baker. «Me sorprendió la cantidad de personas en muchos de los programas de noticias que dijeron que se estaban haciendo una prueba porque viajaban durante las vacaciones o que querían hacerse la prueba porque alguien iba a regresar a casa para las vacaciones».
Baker recalcó que una prueba de COVID-19 no garantiza nada, ya que es posible incluso ser portador del virus, pero a niveles que aún no son detectables.
El gobernador enfatizó que el futuro de la economía, las escuelas y los hospitales depende de que todos cumplan las reglas que el estado ha establecido.
