Un reciente estudio del Hospital General de Massachusetts asegura que los niños pueden ser considerados «propagadores silenciosos» del coronavirus.
El estudio, publicado el jueves en la revista Journal of Pediatrics, analizó a 192 niños entre los 0 y los 22 años de edad, experimentaron síntomas, bien sea a causa de que estuvieron en contacto con alguna persona contagiada o porque residen en una zona considerada de alto riesgo. Fueron internados en el centro hospitalario y estando allí, se les ofreció la inscripción en el biorreceptorio pediátrico COVID-19 del MGH. Los niños allí inscritos proporcionaron muestras “nasofaríngeas, orofaríngeas y/o de sangre”.
Los científicos cuantificaron la carga viral del SARS-CoV-2, los niveles de ARN ACE2 y la serología para el SARS-CoV-2.
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Resultados
A 49 niños, que representaron una muestra del 26% se les diagnosticó una infección aguda de SARS-CoV-2. Sólo 25 (51%) de los niños con infección aguda por el SARS-CoV-2 presentaron fiebre y los síntomas del coronavirus eran «inespecíficos», reseñó CBS.
La carga viral nasofaríngea (presencia del virus en las mucosas de la nariz) en los niños analizados fue más alta en los niños en los dos primeros días de síntomas, y significativamente más alta que la hallada en adultos hospitalizados con enfermedad grave.
El estudio también comprobó que la edad no afectó la carga viral, “pero los niños más pequeños tuvieron una menor expresión de la enfermedad”, indicó jpeds.com.
Los autores concluyeron que el estudio demostró que los niños «pueden ser una fuente potencial de contagio… a pesar de padecer una enfermedad más leve o de la falta de síntomas, y que la desregulación inmunológica está implicada en la grave situación postinfecciosa del CMI-C”.
El autor principal del estudio del Hospital General de Massachusetts aseguró que si los niños llevan el virus en grandes cantidades, pueden propagarse fácilmente, resultados que resultan reveladores para las autoridades educativas que planean regresar a los niños a las escuelas bajo la modalidad híbrida.
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A pesar de los hallazgos, aún los investigadores no tienen claro la manera en que los niños contribuyen a la propagación del coronavirus, ellos tienen menos probabilidades de enfermarse gravemente, pero pueden ser portadores asintomáticos, propagan la infección y llevan el virus a sus hogares.
Se ha formulado la hipótesis de que los niños tienen una incidencia reducida de COVID-19 porque la expresión de los IECA (Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina) en la nasofaringe aumenta con la edad; sin embargo, los investigadores no han estudiado la expresión de los IECA en las vías respiratorias superiores de los niños infectados con coronavirus.
