En tiempos de crisis, muy trillada suena la frase de “al pie del cañón”, pero eso es lo que hace el doctor Giorgio Silvio Baretta, jefe del Servicio de Emergencia del Hospital de Lodi, en Italia. Allí se atendieron los primeros pacientes de coronavirus en ese país. Desde entonces ese centro de salud, en la región norteña de Lombardía, es como un campo de batalla. Este es el testimonio que el Dr. Baretta le dio a El Tiempo Latino, su experiencia es como una carta al futuro de lo que les espera a las naciones afectadas por la pandemia:
“Los enfermos son muchísimos. Mi hospital es de coronavirus desde que se diagnosticó el paciente cero, el pasado 31 de enero. Las salas de espera, cirugía, ortopedia o de terapias ahora son para coronavirus. Los médicos, enfermeras y el resto de sanitarios solo atendemos a los contagiados. Nos quedamos con 10 camas para traumatismos y algo de oncología, los demás deben esperar. A los pacientes de infartos y de otras enfermedades graves los enviamos a siete hospitales de Lombardía que tratan dolencias que no sean por el virus, el resto de casas de salud son solo para el coronavirus.
Aunque ahora el foco del contagio se ha desplazado a la ciudad de Bérgamo, 50 kilómetros al norte, nosotros seguimos recibiendo entre 80 y 100 pacientes diarios. Hubo semanas que no teníamos camas para tanta gente y viajábamos más de 300 kilómetros para encontrar un sitio para un enfermo. Todavía buscamos camas para pacientes con coronavirus hasta a 100 kilómetros de distancia, pero no con la frecuencia de antes, porque tristemente muchos contagiados se están muriendo y dejan un espacio libre. También estamos mejor organizados y tenemos ayuda del ejército, de Médicos sin Fronteras, de doctores chinos y de especialistas cubanos que empiezan a llegar. Hay una gran respuesta de solidaridad que nos anima.
HERRAMIENTA. El doctor Giorgio Silvio Baretta (en la foto) y todo el personal sanitario usa una indumentaria especial para no infectarse con el coronavirus. | Foto: Cortesía Dr. Giorgio Silvio Baretta.
El nuestro es uno de los mejores sistemas de salud de Italia y Europa, aún así es imposible tener tantas camas en terapia intensiva, porque a muchos pacientes el coronavirus les causa insuficiencia respiratoria y necesitamos asistirlos con ventilación automática. Al principio, la gente entró en pánico, quería respuestas para atacar a un virus del que no sabemos casi nada y no hay cura. Solo queda esperar que el sistema inmunológico haga su trabajo y nosotros les damos auxilio con respiración asistida en caso de neumonía, pero lamentablemente muchos no logran sobrevivir. Nos enfrentamos a un virus peligroso, con muchísimos contagiados que no tienen síntomas, otros presentan molestias gripales y otros mueren.
Escucho decir ‘el virus solo mata a los viejos que tienen diabetes, hipertensión o sufren del corazón’, yo les digo: cierto, los ancianos son más vulnerables pero también vienen jóvenes en estado grave, la mayoría se sana, pero no son pocos a los que el coronavirus también los mata. Tenemos demasiadas víctimas que apenas sobrepasan los 50 años y estas personas no son viejas.
Si no han visto imágenes de camiones del ejército en fila llevándose a los muertos, mírenlos; y, si no se han enterado que los crematorios colapsaron y que ya no queda espacio en los cementerios, sepan que esto es real, que es una emergencia sanitaria sin precedentes.
AYUDA. El doctor Baretta asegura que empiezan a llegar médicos de China y Cuba para auxiliarlos con la emergencia, causada por el coronavirus. | Foto: Cortesía Dr. Giorgio Silvio Baretta.
¿Qué si tengo miedo de enfrentarme todos los días a un virus mortal?, diré que aquí nos dicen que somos héroes. No somos héroes, somos soldados haciendo nuestro trabajo, así como en la guerra. En mi unidad un 10 por ciento de la plantilla se ha infectado, se van a cuarentena y luego vuelven. Tenemos ayuda sicológica y hablamos entre nosotros para sacar nuestras ansiedades, eso sí lo hacemos con tapabocas, gafas especiales, dobles guantes y trajes que parecen de astronautas.
No es broma, es un virus mortal. Los médicos hacemos lo que podemos, aún así se nos mueren muchos. Quédense en casa, si no lo hacen se van a enfermar y causar la muerte de otras personas, no dejen que su irresponsabilidad se pague con vidas humanas. Si creen que salir a tomarse un aperitivo con los amigos es saludable, en estos tiempos eso es como disparar a la vida de otras personas y esos muertos son nuestros padres, hermanos y amigos. Ellos son nuestra sabiduría, nuestro ejemplo, nuestra conciencia, no son desechables. No olviden lavarse las manos y si sienten que tienen un ligero síntoma gripal disparen al máximo el nivel de sospecha, piensen siempre que están infectados hasta que una prueba diga lo contrario, llamen al doctor y aíslense de inmediato”.
