“Lamentamos muchísimo que sea un presidente de una nueva generación el que reviva y replique estos mecanismos que deben quedar solo en los libros de historia”, afirmó el director ejecutivo de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia (JuventudLAC), Jatzel Román.
Esta red, que agrupa a 108 organizaciones prodemocracia y derechos humanos en 20 países del hemisferio, se ha pronunciado en contra de los abusos de poder de Bukele el fin de semana. “Rechazamos enfáticamente la intimidación militarista en El Salvador”, tuitearon.
A juicio de este abogado dominicano, quien ha seguido de cerca el desarrollo institucional salvadoreño, las acciones de Bukele tienen un agravante: que además de ser joven, proclamó “una supuesta nueva era, poniendo fin a la guerra civil y la posguerra”.
Pese a esta proclamación, advierte que los signos son elocuentes: la militarización de un Parlamento no es un método de una nueva política, sino una movida del manual más antiguo de hacer política en Latinoamérica.
Román lamentó que “América Latina tiene un historial muy doloroso y oscuro de situaciones donde presidentes han obviado la separación de poderes y han intentado imponer su voluntad sobre toda institucionalidad”.
Como ejemplos de esto, colocó los casos de Alberto Fujimori, en Perú, o Jorge Serrano Elías, en Guatemala. El primero realizó un autogolpe de estado en 1992, auxiliado por las Fuerzas Armadas. El segundo lo intentó en 1993, pero tras siete días de crisis fue depuesto y huyó del país. Estos casos, recuerda el experto dominicano, “marcaron el inicio de derivas dictatoriales”.
Con información de El Salvador