La expectativa estaba presente. Muchos no sabían qué iba a pasar este 4 de marzo y aunque se desconocía lo que venía, difícilmente se visibilizaba a un Juan Guaidó libre en las calles de Caracas. Así fue, el presidente encargado burló todas las amenazas del régimen de Nicolás Maduro y sorpresivamente, hasta para quienes estábamos en la espera de lo incierto, apareció en el aeropuerto internacional Simón Bolívar, a 20 minutos de Caracas.
La ansiedad reinaba en los pasillos de Maiquetía, -como se le llama al aeropuerto-, los efectivos de la Guardia Nacional estaban hostiles e intransigentes, mientras que los funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana, en medio del desconocimiento por la presencia de la prensa, fueron cordiales. No entendían por qué estaban tantos periodistas un lunes de Carnaval en el aeropuerto que se ha hecho popular por ser un lugar de despedidas.
Este 4 de marzo el ambiente era diferente. Algo pasaba, pero nadie comprendía qué. Después de las 10 de la mañana llegaron embajadores de Rumania, Argentina, Brasil, Canadá, Perú, Ecuador, Portugal, Francia, España, Portugal, Chile, Estados Unidos y Alemania. Aún con la presencia diplomática, la prensa seguía pensando que Guaidó, o ya estaba en Caracas, o iba a llegar por otro lugar. Nadie podía estar 100% seguro, de cuál sería la puerta que iba a abrir para recibir al también presidente de la Asamblea Nacional.

Maiker Yriarte Oliveros – El Tiempo Latino
PRESENCIA. Los representantes diplomáticos acreditados en Venezuela llegaron a Maiquetía a recibir al presidente Guaidó.
“¿Tú crees que Guaidó llegue por aquí?” le pregunta una joven a otra, ambas esperando a un familiar. “No, no creo, si Guaidó llega, esto se prende, lo meten preso, la amenaza ya está”, es la respuesta.
El aeropuerto estaba blindado de funcionarios y efectivos, pero parece que todos se desaparecieron. La hostilidad e intransigencia quedó en segundo plano y mientras el embajador de Francia en Venezuela, Romain Nadal decía que se seguirá trabajando con la Unión Europea para favorecer una salida pacífica y democrática a la crisis, los gritos desencajaron nuestra entrevista. Todo parecía que Guaidó había llegado… pero así no fue.
La gente que esperaba a familiares salir de la puerta de desembarque se comenzó a concentrar junto con seguidores de Guaidó. Todos sacaban sus teléfonos, se veían a las caras, gritaban, saltaban, se abrazaban, pero aún no pasaba nada. No había información de que el presidente encargado, con prohibición de salida del país, estaba en el aeropuerto.

Maiker Yriarte Oliveros – El Tiempo Latino
APOYO. Sociedad civil recibió a Juan Guaidó en su llegada a Venezuela pese a medidas cautelares en su contra.
Minutos después el escenario cambió. La puerta que para un venezolano significa: “lo lograste, estás en casa”, se abrió… era Juan Guaidó acompañado de su esposa Fabiana Rosales y parte de su equipo. Los gritos no cesaron; toda la prensa corrió en busca de la mejor toma y el mejor audio. Guaidó saludó a todos y dijo que su llegada era parte de la colaboración de trabajadores que burlaron la decisión del régimen.
“Sabemos los riesgos a los que nos enfrentamos. La dictadura debe tener claro que ese no es el mecanismo para detenernos; estamos más fuertes que nunca. Seguimos en la calle movilizados, llegando de recibir el respaldo del planeta. Estamos aquí, fuertes y seguimos aquí”, fue el mensaje de Juan Guaidó a los periodistas… sorprendidos de su llegada.
Acompañado de la gente salió del aeropuerto. La seguridad se hacía a un lado para permitir su paso, llegó a una manifestación en La Guaira, de donde es oriundo, se bajó del carro, se montó en el techo, dio unas palabras y siguió por la autopista Caracas – La Guaira.
El presidente atravesó su estado natal, Vargas, donde según Diosdado Cabello, lo estarían esperando para detenerlo. Pasó por el municipio Libertador, Chacao y Baruta. Nada ocurrió, no hubo alcabala que lo detuviera.
Llegó a la plaza Alfredo Sadel y en medio de la euforia, convocó a una nueva manifestación para este sábado 9 de marzo. Finalmente, fueron entonadas las notas del himno nacional, el “gritemos con brío” que compone la letra sonó con más fuerza en voz de una figura irreverente que retó abiertamente a una dictadura, que al menos seis horas después de su regreso permanecía silente.

Maiker Yriarte Oliveros – El Tiempo Latino
LLEGADA. Guaidó se concentró en una plaza al este de Caracas donde le habló a cientos de venezolanos y convocó a nuevas acciones de calle.