La artista mexicana Frida Kahlo es reconocida por su obras, pero también por su apasionante y trágica biografía. Nacida en Coyoacán, México, Frida no tuvo una vida fácil, pero lo cierto es que supo llevarla lo mejor que pudo, y sus resultados se pueden ver en la recepción del público como pintora, y en el legado artístico que dejó después de su fallecimiento.
La «Niña Pata de Palo»
A los 6 años, Frida contrajo poliomielitis, una enfermedad infecciosa que afecta principalmente al sistema nervioso, que como resultado le dejó la pierna derecha mucho más delgada que la izquierda, ganando el apodo de «niña pata de palo» en su escuela. Pero su sufrimiento no se detuvo ahí: en 1925, el autobús donde realizaba un viajaba fue arrollado y aplastado por un tranvía. El accidente le destrozó la columna, que quedó fracturada en 3 partes, se fracturó dos costillas, el hueso pélvico, la pierna derecha y un tubo le atravesó la cadera izquierda. Fue un milagro que sobreviviera de tal accidente. Este hecho le dejó graves secuelas de por vida, y para poder sobrellevarlas tuvo que someterse a 32 intervenciones quirúrgicas.
Pintaba desde su cama
A raíz del accidente, tuvo que pasar largos periodos de tiempo en sin levantarse y sola. Debía guardar reposo absoluto porque de lo contrario sus dolores empeoraban, así que su distracción fue pintar, cosa que lograba hacer desde la cama. Pidió que le instalaran un espejo en el techo y de este modo podía retratarse con facilidad desde su lecho. En la medida que pudo, también comenzó a frecuentar ambientes artísticos y de los movimientos políticos de la izquierda mexicana, donde conoció al famoso pintor Diego Rivera, veinte años mayor que ella, con quien se casó en 1929 y tuvo una turbulenta relación.
La mayor parte de sus cuadros son autorretratos o circunstancias de su vida. Críticos de su obra y biógrafos de su vida coinciden en que el trabajo artístico de Frida y su vida personal son imposibles de separar. Frida utilizaba la pintura como medio de expresión de sus dificultades. Kahlo es sujeto y objeto de su pintura.
Trabajó cuidadosamente en la forma de su ceja
De las características físicas más destacadas de Frida son sus cejas, las cuales marcaron a la artista como un ícono al cual hacen referencia en ese aspecto. Para ese momento ya existían muchos métodos depilatorios que hubiese podido escoger, sin embargo su frente era significativa porque no se ajustaba a los estándares de belleza de Hollywood.
La superioridad de lo masculino sobre lo femenino constituía el sentido común, la mujer jugaba un papel supeditado a la del varón. En su obra se representó con características sexuales andróginas, con algunos rasgos considerados como masculinos, exagerando sus cejas y su bigote.
Llegó al Louvre
La obra Autorretrato-El marco, de Frida en el Museo Louvre en París significó el primer cuadro de un artista mexicano en ser comprado por esta gran institución de arte. Además de presentarse en la capital francesa, en la década de 1940 expuso sus obras en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Museo de Arte de Filadelfia, dándose a conocer internacionalmente.
Amante de los animales
Animales de diferentes especies formaron parte de su hogar. Tenía una gran variedad de perros, así como también monos, aves exóticas y un ciervo llamado Granizo.
Los monos se pueden ver reflejados en varias de sus obras, y aunque en la cultura mexicana estos animales representaban la lujuría, para Frida representaban amistad y protección.
Si te gustaría conocer más sobre la obra y la vida de Frida Kahlo, desde el 27 de febrero y hasta el 16 de junio se estará exhibiendo «Arte Popular: Frida Kahlo y Folk Art” en el Museo de Bellas Artes de Boston, una interesante exposición de obras de la famosa artista mexicana. Este proyecto del MFA examinará sus técnicas, innovaciones y logros como pintora, explorando su compromiso duradero con el arte popular mexicano.
El Planeta se enorgullece de ser patrocinante oficial de esta histórica exhibición.
