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Este ha sido el mes de agosto más caliente registrado en Boston

El martes y el miércoles de esta semana han sido los días más calurosos de todo el verano de 2018, y es inusual que así lo sea, porque se supone que a finales de agosto la temporada de calor debería está acabando, y que el otoño comienza a asomarse.

Pero, de acuerdo con los registros meteorológicos, no solo estamos rompiendo los récords de calor diarios, también lo estamos haciendo con los registros mensuales y quizás también los de la temporada completa.

El miércoles pasado fue el 28 de agosto más caliente en la historia de Boston, según informó el Servicio Meteorológico Nacional. Además, este mes de agosto ha sido el más caluroso del que se tiene registro, con una temperatura promedio registrada de 79.9 grados (¡en aumento!), batiendo el récord establecido en 2016 de 76.4 grados.

Aún no se ha roto la marca del verano más caliente (establecida en 1983 con temperaturas promedio de 74.1), pero estamos cerca (hasta los momentos, 73.6 y podrían aumentar).

Los hechos no deberían sorprendernos. Las investigaciones y los datos sugieren que cada vez tendremos más episodios meteorológicos extremos, como inundaciones, tormentas y olas de calor, que podrían afectar seriamente las infraestructuras urbanas tales como redes de transporte, redes de alcantarillado. Pero también redes de suministro de alimentos e incluso la salud de las personas. Las ciudades, al calentarse más que las áreas rurales, crean “islas de calor”, que representan un riesgo grave para la salud para los niños y adultos mayores.

Esto quiere decir que nuestros seres queridos, comunidades, pertenencias e inversiones se encuentran en áreas propensas a inundaciones, sequías, olas de calor y otros desastres naturales. Y tal vez no sabemos que en realidad sí somos vulnerables, y mucho menos en qué proporción.

La Alcaldía de Boston comisionó un estudio llamado Climate Ready Boston, que fue hecho por Boston Research Advisory Group (BRAG), un grupo que reúne a los científicos más destacados de la región especializados en clima.

Este estudio dio a conocer proyecciones sobre cómo cambiará el clima de Boston en el curso del siglo 21 y llegó a las siguientes conclusiones:

-Los veranos bostonianos serán cada vez más calientes, con más días de calor extremo. Las temperaturas en el noreste de Estados Unidos han estado incrementándose poco a poco por más de un siglo. Entre 1895 y 2011, subieron alrededor de 2 grados Fahrenheit. Pero en los próximos años, se espera que suban más de 10 grados. Con esta tendencia, para el año 2070 se proyecta que habrá temperaturas de más de 90 grados casi todos los días del verano.

-Boston es más caliente que otras zonas suburbanas, por tener más concreto, acero y otros materiales de construcción que retienen el calor.

Otro problema de Boston es que no hay suficientes árboles. La vegetación ayuda a reducir el calor, purifica el aire y sirve como una capa protectora ante las primeras pulgadas de precipitaciones. “Estamos creando programas para plantar árboles en el vecindario, e invitamos a la comunidad a participar”, invita Magdalena Ayed, organizadora comunitaria de NOAH.

¿Por qué está cambiando nuestro clima?

De acuerdo con el estudio Climate Ready Boston, la causa principal del calentamiento global de la ciudad -y del mundo- es el aumento de gases de efecto invernadero que resultan de las actividades humanas como la quema de combustibles fósiles (carbón, gasolina, gas natural y petróleo) y la deforestación.

Los gases de invernadero, son gases que por sus propiedades químicas tienen la capacidad de retener o reflejar un alto porcentaje de la radiación solar que rebota al chocar con la tierra, con lo cual esta radiación comienza a elevar la temperatura atmosférica. A medida que estos gases aumentan, también se incrementan proporcionalmente los riesgos de aumento del nivel del mar, calor extremo y precipitaciones.

Por esta razón, los efectos de largo plazo del cambio climático dependen mucho del éxito que tengamos en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global. “Es importante entender que las acciones que hagamos ahora tendrán un impacto enorme en nuestro clima más adelante en este siglo”, asegura Paul Kirshen, profesor de adaptación climática en UMass Boston, quien es coautor del estudio Climate Ready Boston. “Nuestras escogencias en cuanto a transporte, energía y uso de la tierra van a determinar el nivel de gases de efecto invernadero en la atmósfera”.