Hace casi diez meses, el huracán María devastó Puerto Rico y las Islas Vírgenes de EE.UU. La tormenta dejó a millones de habitantes luchando por sobrevivir sin energía, agua potable o acceso a ayuda. Durante mi visita a la isla, a principios de este año, vi personalmente toda la devastación y me impresionó lo resilientes que son los Puertorriqueños frente a la adversidad. No importa cuán trágico, se niegan a darse por vencidos y continúan trabajando juntos en la reconstrucción de su querida isla.
Puerto Rico es un lugar hermoso. La cultura es rica en gente acogedora, comida deliciosa, música que te hará bailar y vistas impresionantes que recordarás toda la vida. A pesar del fracaso histórico del gobierno federal en responder a esta crisis, el pueblo de Puerto Rico continúa presionando y resistiendo. Siguen recogiendo los platos rotos y mostrando una increíble capacidad de recuperación.
Muchas familias se han trasladado de Puerto Rico a Massachusetts y más de 300,000 residentes en la Commonwealth tienen fuertes lazos con la isla. Hace poco, me encantó unirme a la comunidad puertorriqueña en el City Hall Plaza, en Boston, en el Festival Puertorriqueño. Fue una celebración poderosa, centrada en la fuerza, la unidad y el crecimiento.
Mientras celebramos la tenacidad y el espíritu de Puerto Rico, los que estamos en Washington debemos recordar que es un deber del gobierno ayudar a la isla a recuperarse después del huracán María. Desde la tormenta, he estado trabajando con mis colegas en el Congreso para hacer todo lo posible por la gente de Puerto Rico.
He trabajado codo con codo para ayudar a los evacuados a encontrar viviendas seguras mientras la isla se reconstruye y recupera sus recursos. Hay miles de personas que todavía viven sin electricidad y en hogares destrozados. Todavía hay cientos de familias que duermen en moteles sin tener una solución de vivienda a largo plazo. Envié un conjunto de cartas presionando al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU., La Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA en inglés) para que nos cuenten cuál es el estado de la red eléctrica y de la restauración de energía.
Presenté la Ley de Víctimas de Viviendas de Desastres Mayores con el Senador Markey, un proyecto de ley que pretende proporcionar asistencia de vivienda a largo plazo a las familias afectadas por grandes desastres, incluido el huracán María. Continúo respaldando a mis colegas de Connecticut, Nueva York y Nueva Jersey, en sus esfuerzos para presionar a FEMA para que haga lo correcto e inmediatamente implemente el Programa de Asistencia de Vivienda por Desastre (DHAP en inglés).
FEMA afirma que está haciendo todo lo posible para proporcionar viviendas estables a todos los puertorriqueños desplazados, pero eso no es cierto. En un momento en que las familias siguen en riesgo de ser desalojadas, debemos ser claros: esta es una política consciente de la administración Trump para dejar atrás y rechazar a ciudadanos estadounidenses, nuestros hermanos y hermanas puertorriqueños. No podemos permitir que eso suceda.
Los puertorriqueños ayudan a nuestra Commonwealth a prosperar y debemos hacer todo lo posible para ofrecerles estabilidad y seguridad.
FEMA tiene las herramientas para proporcionar vivienda a largo plazo, como DHAP, y ayudar a los puertorriqueños a recuperarse. Los tribunales obligaron a FEMA a otorgar a los evacuados puertorriqueños otra extensión y así permanecer en sus moteles y hoteles patrocinados por FEMA hasta el 23 de julio, pero esta no es una solución real.
Si bien hemos logrado algunos avances para que retrasen algunas fechas de desalojo, esta lucha no ha terminado.
Para apoyar verdaderamente a Puerto Rico, de una manera más profunda y sostenible, es fundamental cancelar la deuda de la isla, lo que podría revitalizar la economía local.
Recientemente presenté la Ley de Ayuda Territorial de los EE. UU. Con los Senadores Sanders, Markey y Gillibrand. Este proyecto de ley ofrece un camino hacia el alivio integral de la deuda de Puerto Rico y otros territorios afectados por desastres. El proyecto de ley otorga a los territorios la opción de cancelar su deuda bajo ciertas condiciones, brindando seguridad a los acreedores y fondos federales para facilitar la transición. Dada la inmensa presión que esta deuda ha puesto en los esfuerzos de recuperación, le debemos al pueblo de Puerto Rico buscar una solución integral.
Nunca dejaré de luchar por Puerto Rico. La comunidad puertorriqueña ha demostrado una resistencia increíble en circunstancias extremadamente difíciles. Mes tras mes, albergue tras albergue, siguen resistiendo. Es hora de que el gobierno federal corresponda a ese esfuerzo. Puerto Rico ya no está en las portadas de los periódicos, pero no les he olvidado y nunca me daré por vencida.