
EFE/ANDREW HARRER
JEFE. John Kelly.
Mientras el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, se hace eco de la retórica antiinmigrante del presidente Donald Trump al llamar “flojos” a los jóvenes “Soñadores”, cada vez son más los hispanos que se observan en las afueras de los establecimientos y centros comerciales en busca de trabajo.
Una acción que, según los entrevistados, contradice las palabras del funcionario.
Jorge Calderón es de Guatemala, llegó a Estados Unidos hace cuatro años y cada mañana de los últimos seis meses que lleva viviendo en Maryland, se le encuentra en el estacionamiento del Langley Park Plaza en University Boulevard, esperando por alguien que lo contrate para cualquier tipo de trabajo.
Aunque su destreza es en la albañilería, Calderón asegura que siempre está dispuesto a hacer de todo, recoger escombros, limpiar patios o lavar carros, con tal de ganarse el sustento para mantener a su familia.
“Como las compañías no me contratan por falta de papeles (documentos legales para vivir y trabajar en Estados Unidos) vengo aquí cada mañana aunque la temperatura esté bajo cero”, declara el hombre que a la semana asegura generar un ingreso de entre $600 a $750.
“No soy un flojo, no me quedo en casa esperando que me llegue el trabajo, salgo cada día a buscarlo y eso le enseño a mis hijos. Les digo que si no salgo cómo hago cuando hay que pagar renta, comprar comida; en las tiendas no te regalan nada todo es con dinero”, sentencia Calderón en referencia al comentario de Kelly.
Como Calderón, poco más de dos docenas de hombres –algunos incluso con permisos para estar en territorio estadounidense, asisten cada día al lugar. Admiten que es un punto conocido donde pasan personas a ofrecerles trabajos como cambiar una puerta o pintar una casa.
“Antes éramos unos pocos, ahora mira todo lo que hay. A veces nos mandan a la Policía para que no estemos aquí pero igual seguimos viniendo, no le hacemos daño a nadie, tenemos que trabajar”, destaca otro de los presentes, un mexicano, quien no quiso ser identificado.
La cacería de trabajos por parte de inmigrantes se repite en estacionamientos de negocios ubicados a lo largo de la University Boulevard de la zona de Hyattsville.
Josué González Hernández, un mecánico de Guatemala con más de 10 años de experiencia, dice que lleva “buscándosela” más de dos años en el estacionamiento del Auto Zone de la New Grand, un lugar en el que este medio divisó otros cinco hombres en la misma función que él.
“Llegan con su carro y les preguntamos si podemos ayudarles, algunos no les gusta, otros compran las piezas y nos las traen para que se las pongamos. No les robamos, solo les hacemos el trabajo para ganarnos un poco de dinero honradamente”, declara el hombre, quien cataloga de injusto las palabra del subalterno de Trump ya que considera que “la flojera no es algo que se permita entre los inmigrantes”.
Esta semana, mientras Kelly discutía con los medios el respaldo de Trump para legalizar el estatus de 1.8 millones de jóvenes inmigrantes bajo el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, conocido como DACA, llamó temerosos o “demasiado flojos” a los que no solicitaron las protecciones legales que ofrece el programa para seguir en el país.
La descripción causó revuelo entre los defensores de los inmigrantes quienes tildaron las expresiones del funcionario de la Casa Blanca como “crueles” y “discriminatorias”, al tiempo que denunciaron que existen múltiples barreras para registrarse al programa.
“Cualquier latinoamericano con un poquitín de dignidad se debe sentir agraviado y ofendido cuando este señor (John Kelly) llamó holgazanes a los ‘Soñadores’ que, por razones que él ignora, no pudieron registrarse en el programa”, destacó a El Tiempo Latino Juan José Gutiérrez, principal representante de la organización Vamos Unidos.
“Sus expresiones son un insulto no solo para los soñadores, sino también para los militares, ya que a este representante de la Casa Blanca se le olvidó que el Ejército que él representa reclutó a más de 10 mil Soñadores. Este señor no conoce nuestra cultura y en nuestra cultura la holgazanería no tiene cabida”, puntualizó.