El presidente Obama entregará la Casa Blanca con más de 2.8 millones de deportados y, de ellos, más del 40% no tienen antecedentes criminales. Estos números marcan uno de los peores períodos presidenciales para la comunidad inmigrante Latinoamericana.
Condenamos la política de detenciones y deportaciones de esta administración. Estas estadísticas son una muestra clara de que en éste país se sigue viendo al inmigrante de hoy en día como una amenaza a la seguridad nacional. Además, que niños y familias centroamericanas que vienen huyendo de la violencia sean parte de la lista de prioridad de deportación, es una violación a sus derechos humanos.
En los 10 primeros meses del año fiscal 2016 (del 1 de octubre de 2015 al 30 de julio de 2016), la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por su sigla en inglés), ha deportado a 196,497 indocumentados. La lista la encabezan inmigrantes originarios de México, Guatemala, Honduras, El Salvador y República Dominicana.
ICE dijo que concentra sus recursos en las prioridades de deportación anunciadas por el secretario del Departamento de Seguridad Nacional Jeh Johnson el 20 de noviembre de 2014. Esa lista de prioridades incluye a menores no acompañados y unidades familiares de migrantes centroamericanos que son detenidos al intentar entrar de manera irregular a Estados Unidos, cruzaron la frontera recientemente y han recibido una orden final de deportación a partir del 1 de enero de 2014.
