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Joven cubana-americana con estudios en MIT es la nueva promesa de la física

Sabrina Pasterski Gonzalez es una joven cubana-americana que continúa destacándose en las mejores universidades del mundo por la complejidad de sus estudios en física.  A los 22 años, Sabrina se graduó del Massachusetts Institute of Technology (MIT). En la actualidad se postula para realizar un doctorado en Harvard University.

El primer gran asombro que ha producido esta espigada muchacha de 22 años ─nacida en Chicago de una madre cubana, María Gonzalez, y un padre estadounidense, Mark Floyd Pasterski─ se remonta a una fría mañana de enero ocho años atrás, cuando entró a las oficinas del campus de MIT con un resultado en la mano: había construido un pequeño avión de un solo motor, tenía 14 años, y ya lo había volado.

Las investigaciones de esta jovencita tienen al mundo de la física en un hervidero. Está explorando cuestiones muy difíciles y complejas de esa ciencia, como lo hicieran en su juventud Albert Einsten –su teoría de la relatividad acaba de cumplir cien años- y Stephen Hawking.

Pasterski está escarbando en la madeja profunda de los agujeros negros, la naturaleza de la gravedad y la relación espacio-tiempo. Particularmente se ha centrado en entender mejor el fenómeno de la “gravedad cuántica”, que trata de explicar el fenómeno de la gravedad en el contexto de la mecánica cuántica.

Los descubrimientos a los que llegue esta joven genial en esa zona podrían cambiar drásticamente la comprensión que tenemos hoy del funcionamiento del universo, y no pocos le auguran fama en su campo.

Pasterski Gonzalez no es irónicamente muy «moderna» en el sentido popular de la palabra: no tiene cuenta en Twitter ni actualiza la que abrió este año en Facebook. No tiene fotos en Instagram, no puso su currículo en LinkedIn: y asombrosamente no se ha comprado un teléfono inteligente.

Eso sí, se dedica a actualizar periódicamente un sitio web sin muchos adornos titulado PhysicsGirl, donde relata una larga lista de logros y habilidades, entre ellas, «distinguir la elegancia en medio del caos”.

La muchacha, que se crió en los suburbios de Chicago ya ha recibido cientos de miles de dólares en becas de la Fundación Hertz, la Fundación Smith y la Fundación Nacional para las Ciencias. Desde su modesto dormitorio en Harvard dice, hablando en frenéticas ráfagas, que los años que pasó empujando los límites de lo posible la condujeron a la Física.

Pese a su impresionante curriculum, MIT la colocó en una lista de espera cuando solicitó el ingreso. Pero los profesores Allen Haggerty y Earll Murman habían visto en un video a Pasterski construyendo su avión. Aseguran que quedaron boquiabiertos. Los dos la apoyaron y fue aceptada. Se graduó con el promedio máximo de 5.00

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