En estas fechas de celebraciones es cuando usualmente recordamos a aquellas personas que apreciamos y han impactado de forma positiva nuestras vidas, y es un buen momento para manifestar esa gratitud con algún pequeño gesto y no necesariamente regalando cosas. El verdadero valor de las personas no está en cuánto tienen o en cuánto dan materialmente, sino en quienes son moral y emocionalmente, y en la magnitud e impacto que sus vidas tienen en la vida de otros. No dudo que cada uno de nosotros recordamos o tenemos a alguien quien nos dio en el momento preciso un abrazo, nos compartió un buen consejo, nos ayudó emocionalmente o de cualquier otra manera. Y quizá son más memorables aquellas ocasiones cuando alguien estuvo a nuestro lado apoyándonos de forma inesperada, lo bueno e importante es que nosotros podemos hacer lo mismo por otros.
Aquí en la familia de El Planeta hemos sido testigos muchas veces de historias bellas de personas que ayudan a otros, incluso desconocidos, de la forma más sincera y memorable. Lastimosamente de forma cotidiana lo que más escuchamos y vemos son temas fuertes y negativos que impactan al mundo y a nuestra sociedad inmediata. Sin embargo, cada vez que una de estas historias humanas llega a nuestras puertas nos alegramos y nos sentimos dichosos de saber que todavía hay personas interesadas en el bienestar de otros sin esperar nada a cambio. Así mismo sabemos que habrá muchas historias positivas que se quedan en el anonimato, pero saber de aquellas que trascienden a la luz es siempre alentador.
Quiero invitar a nuestros lectores a considerar hacer más por los demás y ayudar a otros más allá de donar dinero o cosas, sino también entregando algo de su tiempo y energía en cualquiera de las tantas organizaciones que existen y requieren voluntarios. O sin ir más allá, cooperando dentro de nuestro propio círculo social y familiar. Quizá sabemos de alguien enfermo; podríamos visitar o cocinar algo para esa persona o sus familiares. Ese sería un bello y útil gesto. Tal vez prestando verdadera atención y manifestando nuestro cariño a un miembro de nuestra familia. A lo mejor si sabemos de alguien que está buscando empleo, podríamos enviarles un dato o contacto relevante si es que lo tenemos. La amabilidad y generosidad de tiempo y espíritu generan cosas buenas y una avalancha de energía positiva puede ser creada. Hay que ser parte de esa energía positiva y dejar de lado la envidia, el egoísmo, la crítica negativa y la ambición desmedida, pues estas no conducen a nada productivo.
Culminando estas líneas quiero saludar de forma personal, y de parte de la familia de El Planeta, a nuestros queridos amigos Susana y Gerardo (Jerry) Villacrés, quienes han sido y son un vivo ejemplo de bondad y generosidad en todo sentido. Ellos han sido muy importantes para el desarrollo de este medio de comunicación y de la misma forma han impactado directa e indirectamente la vida de cientos de personas en la comunidad de Massachusetts y en otras partes de forma admirable. A ustedes queridos amigos Susana y Jerry, gracias por todo y suerte en sus nuevos proyectos. ¡Y a todos nuestros lectores felicidades durante estas fiestas, hoy y siempre!