Erika Murray, de 31 años de edad y residente de Blackstone fue arrestada el 10 de septiembre después de que la policía descubrió los cadáveres de tres bebés y varios animales muertos en el interior de su casa, en ruinas.
Esta semana, la Comisión de Salud de Blackstone votó a favor de demoler la casa, a la que calificaron como una amenaza a la salud pública y una «cicatriz psicológica» para la ciudad.
Actualmente Murray se enfrenta a varios cargos graves que incluyen negligencia, abandono del hogar e intimidación a testigos, y los fiscales no han descartado la adición de más cargos, ya que continúan investigando el caso.
A finales de agosto, un vecino preocupado entró en la casa de Murray y encontró a cuatro niños -entre ellos un bebé de 6 meses- viviendo en condiciones fétidas, entre animales muertos, insectos, roedores, pilas de pañales sucios y los esqueletos de sus hermanos fallecidos. La policía retiró a los niños de la casa de inmediato.
El 10 de septiembre los investigadores entraron a la casa y se llevaron los restos de tres bebés, de perros y gatos muertos, y gusanos. En esa oportunidad, el personal de limpieza levantó las alfombras del segundo piso de la casa y derrumbó paredes y estanterías de una de las habitaciones debido a contaminación por heces.
Por su parte, Murray se declaró inocente y ha comenzado a defenderse a través de su abogado, alegando que ella vivía con temor de su concubino, Ramón Rivera. Su abogado sostiene que Murray es una enferma mental.
