¿Se imagina usted vivir su vida con un dispositivo grande y pesado atado a sus tobillos? ¿Qué haría si es que sin cometer una ofensa grave lo obligan a portar un “grillete” electrónico que no se puede quitar y que limita cada una de sus acciones? Este castigo que usualmente se aplica a predadores sexuales, criminales de cuello blanco que han robado millones o criminales de alto perfil que han salido bajo fianza y esperan ir a la corte, es aplicado a muchos inmigrantes centroamericanos que llegan a los Estados Unidos escapando la violencia en sus países.
Con esta marca viven personas como Elena (no es nombre real), una simpática hondureña joven de contextura delgada y expresión triste que esconde un secreto debajo de sus jeans. Ella nos mostró el dispositivo que ustedes ven en la foto, un aparato que le aplicaron al llegar y que ni ella mismo sabe explicar la razón por la cual lleva este incómodo brazalete. “No sé por qué lo pondrán… ellos dicen que es para que no escapemos. Yo digo que si vinimos aquí para qué vamos a querer escapar”, nos contó Elena mientras observábamos el “grillete” y notábamos que para aliviar el dolor causado por la presión que ejerce sobre la piel ella había improvisado un vendaje alrededor de su tobillo. “Cuando se carga la batería [que permite que el aparato funcione] siento electricidad y me causa vómitos y dolor de cabeza constante”, comentó Elena quien agregó que portar esta marca ha hecho que tenga una baja autoestima pues la gente piensa automáticamente que ella lleva el “grillete” por ser una delincuente.
“Yo había pensado hasta matarme” dijo Roxana, una inmigrante hondureña quien después de llegar a Estados Unidos fue citada el 16 de junio para que le colocaran un “grillete” y se lo sacaron recientemente el martes después de que descubriera que estaba embarazada. Ella no sabe si después de asistir a la corte en octubre le ordenarán que le coloquen el dispositivo luego de tener a su bebé.
Roxana también ha sufrido repudio y discriminación por culpa de este grillete. “La gente con la que estábamos me miraban mal, mucha gente no me hablaba por el grillete, me ofendían. Yo en Honduras usaba faldas y vestidos porque en realidad no me gustan los pantalones… pero en el verano de Boston fue triste, tenía que andarme tapando. No quería salir a ningún lado, vivía encerrada… además que tenía restricciones como no poder salir de la casa por un período hasta que lleguen a visitar en casa”.
La inmigrante que está en este país porque quería escapar de la violencia en su barrio en Honduras, escogió Chelsea, Massachusetts porque aquí está el padre de su hija. La mujer de aspecto vivaz y quien es muy expresiva tampoco conoce exactamente la razón por la que ella fue elegida para portar un grillete.
“Dicen que con el grillete ellos [inmigración] saben en dónde uno está. Incluso ellos con el grillete ponen restricciones, en mi caso tenía cuatro lugares a los que no podía ir. Una muchacha que tenía grillete y salió de Massachusetts en un viaje con su iglesia se encontró con que el ‘animal’ (grillete) le comenzó a sonar diciendo que llamara a su oficial porque estaba fuera del área de Massachusetts”, comentó Roxana.
Lo que la hondureña sí sabe es que el aparato es incómodo y causa dolor y molestias a quien lo porta. En su caso le hacía doler los huesos en especial en los pies y la pantorrilla.
“¿Por qué solo por salir de su país para vivir mejor uno tiene que andar con un grillete? Pensé tomarme unas pastillas para quitarme la vida y dejar una nota para que todos se enteren que me quité la vida por este grillete que me han puesto”, dijo con una voz muy triste Roxana. Sin embargo esos pensamientos quedaron atrás y hoy la mujer está concentrada en su embarazo, sus citas en la corte y su futuro en Massachusetts en donde ella quiere estudiar y convertirse en una enfermera. “Aquí en este país hay posibilidades de estudiar que no hay en el país de uno, por eso quiero estudiar lo más pronto que pueda”.
Esperamos que para estas dos mujeres y los miles de inmigrantes que no han cometido crímenes y que han sido marcados con un “grillete” puedan pronto liberarse de estas cadenas que los atan y les impiden realizar el tan anhelado sueño de un futuro pacífico y armonioso para sus familias.