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Las verdaderas estrellas: ¿Quién estaría en tu nave espacial?

Nuestra sociedad tiene una obsesión desmedida por los cantantes, actores, deportistas o aquellas personas que de una forma u otra han aparecido en un medio de comunicación y se han vuelto algo populares, y quizá sea ese poder de ubicuidad que dan los medios lo que hace que de una forma u otra admiremos a estos personajes, pues sobresalen o se distinguen de las multitudes y la vida común y creemos tener familiaridad con ellos pues los hemos visto o escuchado sobre ellos, y sin irrespetar sus profesiones o cualidades les hago la pregunta: ¿En realidad estas personas merecen toda nuestra admiración; merecen catalogarse “estrellas”? ¿Son acaso estas las personas que uno pondría en una pequeña y limitada nave espacial en caso de tener que evacuar la Tierra?

En la vida real uno no puede vivir de “supuestos” o “hipotéticos” pero estos sirven en varios casos para darnos perspectivas y ayudarnos a pensar de una forma objetiva o ligeramente más racional. Sin duda alguna las prioridades de admiración por ciertos personajes o profesionales parecen desmedidas; una cantante o un actor mueren, y la mitad del mundo les rinde tributo  como si es que hubiesen descubierto la cura para una enfermedad mortal cuando no han hecho más que hacer lo que les gusta y a veces sin siquiera dar la mano al más necesitado aparte de su poder e influencia. Por supuesto que también hay excepciones y casos de famosos admirables que han hecho mucho por mejorar el mundo.  Sin embargo, cuando el inventor de una vacuna o un científico distinguido que ha ayudado realmente a hacer progresos por el mejoramiento de la humanidad y efectivamente ha encontrado una cura para una enfermedad mortal lastimosamente fallece, pocos saben quien era y otros pocos lamentan su fallecimiento.

Las verdaderas estrellas en esta vida, las personas que deberían recibir toda nuestra admiración y atención son aquellas mentes brillantes y en muchas ocasiones sacrificadas que se dedican a estudiar e investigar incesantemente enfermedades y curas para estos males.  Del mismo modo, las verdaderas estrellas son aquellas personas que tienen una actitud positiva y de entrega al resto sin importar lo que hagan. Las verdaderas estrellas y las personas que yo montaría en mi nave espacial son los doctores en medicina y las enfermeras que estudian por años cómo cuidar el cuerpo humano, y que efectivamente trabajan noche y día para dar salud y bienestar a extraños.  Estas son realmente personas admirables que muchísimas veces pasan desapercibidas por nosotros.  Claro, la excepción podría ser gente como Dr. Oz, quien tiene un programa de televisión  y por lo tanto podría caer en al categoría de doblemente estrella y estar en la hipotética nave espacial que salva a algunos privilegiados de una tierra en destrucción.

Realmente si uno piensa  fríamente y tuviese que llenar un avión o una nave con doce personas para comenzar la vida en otro lugar ¿a quién escogería uno?  Dudo que la cantante pop del momento sería la prioridad de muchos,  aunque no me sorprendería si algunos se llevan a su cantante u actor favorito. Mi nave, en cien versiones distintas, tendría por seguro a un doctor o doctora en medicina. De la misma forma tendría algunos científicos en distintos campos, gente que sepa de agricultura, y tendría también gente creativa y artística, pero de calidad, aquellas capaces de escribir y creer sus propias cosas y con sentido de humor.  Y por sobre todo gente con una buena actitud, gente positiva y de ánimo.  Y sin insultar a los atletas o estrellas de los deportes, creo que ninguno de mis asientos estaría reservado para ellos, pero esta es solo mi humilde opinión. Además estoy segura que otras personas escogerían a algún atleta, como así mismo estoy segura que ningún atleta me escogería a mí, así que da lo mismo.

Pero volviendo de vuelta a la realidad,  la labor de la gente en el ámbito de salud es muy importante y admirable, sobre todo en condiciones de emergencia o en casos graves.  Esta es gente que se prepara por muchísimos años y que por lo general atiende a extraños en circunstancias de alto estrés, tratando de hacer siempre su mejor trabajo. Yo he tenido familia cercana sumamente enferma que ha pasado meses hospitalizada por lo que he sido testigo presencial del admirable trabajo de una decena de doctoras y doctores, enfermeras y enfermeros y así como también técnicos de la salud; y el impacto que una de estas personas puede tener en la vida de otra es profundo y real.  Comenzando desde los paramédicos que llegan al hogar de uno en ambulancia, pasando por el doctor de emergencias,  siguiendo con el doctor de piso y continuando con el médico especialista. Así mismo en nuestro día a día, muchas veces recibimos la ayuda de profesionales de la salud en clínicas y centros de atención médica sin considerar la gran labor que estás personas realizan.

Lo que por cierto me lleva a recordar que la segunda semana de agosto, es decir la semana en la que este artículo ha sido publicado, se celebra la Semana de los Centros Comunitarios de Salud en los Estados Unidos y se conmemora la labor de estas organizaciones y sus trabajadores que tanto ayudan al mejoramiento de la vida de millones de personas. Estos profesionales sobre todo se destacan por servir a las personas más necesitadas y con menos recursos e incluso a aquellas que no pueden costear gastos médicos.  Aquí en Massachusetts por cierto contamos con una gran cantidad de clínicas de la salud que tienen profesionales  altamente preparados y hacen una labor admirable con respecto a la prevención y el cuidado de salud física y mental.  En este país donde la medicina es bastante cara, el mejor recurso para muchas personas, sobre todo aquellos sin mucho dinero,  es recibir asistencia de los distintos centros médicos de la comunidad. ¡Así que felicitaciones y gracias a ellos!

Es interesante como festejamos, admiramos y nos embobamos  con las vidas glamorosas y muchas veces frívolas de artistas, deportistas y otros  famosos en varias áreas, mientras que realmente aquellos que tienen trabajos sacrificados y dignos de admiración son aquellas personas que a veces ignoramos,  subestimamos y quizá incluso damos por sentado.   Muy pocas veces nos detenemos realmente a admirar la labor de distintos profesionales. En realidad los maestros son héroes: Trabajar con grupos de niños de hasta 20 o 30 requiere en verdad de muchísima destreza paciencia y pasión. El trabajo de bomberos y trabajadores sociales es admirable también.  Así mismo el trabajo de agricultores es irremplazable y primordial para nuestra existencia.  Podría seguir así con la lista, pero por sobre todo la actitud de las personas y su forma de hacer las cosas es lo que cuenta.  Recuerdo, cuando mi hermana estuvo hospitalizada, ella tuvo la suerte de tener excelentes doctores que también eran carismáticos y genuinamente interesados por el bienestar de sus pacientes.  Pero así mismo,  había una mujer que limpia la habitación de mi hermana en el hospital que era sumamente amorosa y dulce, que cada vez que iba a hacer su trabajo resultaba como un bálsamo o terapia para mi hermana por su vitalidad. La hacía sonreír, sentirse mejor, le daba esperanza. ¡Esa es la gente que uno tiene que montar en su nave espacial, en caso de emergencia!

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