Dos residentes de Springfield fueron detenidos por estar asociados a llamadas telefónicas fraudulentas, en las que hacen creer a las víctimas que un familiar o ser querido será golpeado por estar involucrado en un choque, y la única manera de evitarlo es transfiriéndoles dinero inmediatamente via Western Union.
José Carrasquillo, de 32 años, y Jennifer Rodríguez, de 30, fueron detenidos y acusados el 17 de enero en el Tribunal de Distrito de Chelsea por cargos de extorsión mediante amenaza de lesiones corporales, y su fianza fue fijada en 5.000 dólares por cada uno.
De acuerdo con la información suministrada por la fiscalía del distrito de Suffolk, una madre de Revere recibió una llamada telefónica de un desconocido el mes pasado. La persona que llamaba, con voz masculina, le dijo que su hija, quien estaba fuera de casa en clases en la universidad, había estado involucrada en un accidente de tránsito con el primo de la persona que llama, quien es supuestamente un fugitivo violento. El fugitivo tenía una pistola en la cabeza de la hija, y la mataría si la madre no hacía lo que le decían.
Después de haber recibido instrucciones de no ponerse en contacto con la policía ni colgar la llamada, la víctima fue obligada a enviar 1.000 dólares a través de Western Union a Jennifer Rodriguez en Springfield. Debido a que su tarjeta tenía un límite de sólo 500 dólares, la víctima fue obligada a atravesar la ciudad y cobrar un cheque, todo esto sin interrumpir la llamada de teléfono, con el fin de completar una segunda transferencia de 500 dólares.
Pero los detectives de la Policía de Revere identificaron los dos lugares en los que las transferencias electrónicas fueron cobradas y, al revisar las cámaras de vigilancia, vieron a Rodríguez, escoltado por Carrasquillo, recoger el dinero en efectivo. Ambos fueron arrestados posteriormente.
La policía investiga si este par estuvo involucrado en otras extorsiones telefónicas que han ocurrido en Boston, Brookline y Cambridge. Este patrón de operar se ha repetido en numerosas ocasiones en los últimos años. Usualmente el delincuente conoce alguna información general sobre la víctima, como su nombre, edad y residencia, y le hace creer que un familiar suyo se encuentra en peligro, por lo cual debe transferir dinero de inmediato. Hacemos un llamado a las personas a estar alertas ante este tipo de circunstancias y no caer en trampas de desconocidos ni dejarse llevar por el miedo.