Incluso el modelo más fiable de automóvil puede fallar más que cualquier otro si no se utiliza de una forma adecuada. Existen pequeños vicios entre los conductores que solemos tener al volante y acortan sensiblemente la vida de sus diferentes piezas. Estos vicios deben evitarse si no queremos que nuestro auto se averíe antes de la cuenta.
Por ejemplo, debemos revisar de forma periódica la presión de los neumáticos, al menos una vez al mes, ya que de lo contrario estos podrían desgastarse de una forma irregular o incluso sufrir un reventón en marcha, algo que, además de poder provocar un accidente, podría dañar la llanta al rodar sobre el suelo sin la goma del neumático. Los reventones ocurren a alta velocidad, por lo que también es posible que los trozos de goma causen daños en los rines o parachoques al salir despedidos y golpearlos. Las presiones indicadas por el fabricante vienen indicadas en el libro de usuario, en la cara interna de la tapa del depósito de carburante, o en el marco de alguna de las puerta.
Además, debemos tener en cuenta la temperatura del motor al acelerar, ya que cuando el motor lleva un buen rato apagado y, por tanto está frío, la mayor parte del aceite queda depositado en el cárter. Al acelerar en exceso con el motor en frío provoca un mayor desgaste interno del motor. Si el motor está frío, es recomendable esperar unos 10 segundos antes de comenzar a circular, acelerando siempre de forma progresiva.
Tampoco es recomendable detener el motor de golpe tras un esfuerzo considerable. Cuando se rueda por carretera, se alcanzan temperaturas muy elevadas en el motor. Si lo detenemos “sin dejarlo reposarâ€, el aceite que queda acumulado en él tenderá a carbonizarse, provocando que el turbo se averíe. Basta con esperar en torno a un minuto antes de detener el motor. En ese tiempo, el sistema de refrigeración y la propia circulación del aceite rebajaran la temperatura del turbo, reduciendo el riesgo de avería en más de un 90%.
El propio funcionamiento del aire acondicionado asegura una correcta lubricación del sistema, algo que alarga la vida del compresor y ayuda a reducir el riesgo de posibles fugas de gas. Por ello es recomendable conectarlo al menos una vez cada dos o tres meses durante 10 minutos, da igual que selecciones una temperatura elevada para no pasar frío dentro del coche en invierno.
Por último, es muy importante frenar lo suficiente antes de pasar por un bache o badén, ya que es fácil pinchar un neumático al pellizcarlo contra la llanta, que también puede deformarse. Además, los «golpes secos» pueden generar daños en las rótulas y, también, en los puntos de anclaje de la suspensión. Por ello, es recomendable pasar siempre despacio por zonas bacheadas e intentar frenar siempre antes de llegar al bache; si se hace justo al afrontarlo, se “cargará†más peso sobre el eje delantero y los daños podrían ser aún mayores. Tampoco es recomendable subir el auto a bordillos más altos de 5 cm, por similares consecuencias.