El representante estatal y líder sindical Martin Walsh se convirtió en el alcalde número 48 de Boston, tras batir a su contrincante, el concejal John Connolly, en las elecciones municipales de Boston que se llevaron a cabo el pasado 5 de noviembre.
Walsh se alzó con el 51,55% de los votos, mientras que Connolly obtuvo el 48,06%. La diferencia entre ambos candidatos fue de menos de 5.000 votos, por lo que esta ha sido la contienda electoral por la alcaldía de Boston que ha estado más apretada en décadas.
Cuando Walsh tome posesión del cargo, el próximo 6 de enero, se convertirá en el primer nuevo alcalde de Boston en los últimos veinte años, tiempo en el cual Thomas Menino se mantuvo en el cargo por cinco períodos, tras ser reelegido consecutivamente. Walsh tiene 46 años y es 24 años menor que Menino, quien nació durante la Segunda Guerra Mundial y a quien le tocó crecer en medio de una ciudad convulsionada, polarizada y con problemas de discriminación. Uno de los mayores logros que se atribuyen a la administración de Menino es haber convertido a Boston en una ciudad más moderna, diversa y tolerante.
Walsh logró construir una impresionante red de apoyo, que abarcó desde sus vecinos en Savin Hill hasta los afroamericanos en Roxbury, los activistas liberales en Jamaica Plain y los latinos de Hyde Park. Su campaña -impulsada por un apoyo financiero sin precedentes por parte de los sindicatos de todo el país- creció más allá de su base en Dorchester, donde Walsh, hijo de inmigrantes irlandeses, se crió.
En su discurso de victoria Marty Walsh dijo que recibió llamadas del presidente Obama y del alcalde Menino para felicitarlo por su victoria.
“Ustedes hacen de Boston un lugar donde los sueños se hacen realidadâ€, dijo a sus partidarios que colmaron el Park Plaza Hotel tras conocer el resultado de los comicios. “Lo mejor está por venir, muchas gracias†agregó.
Por su parte, Connolly reconoció rápidamente la derrota y declaró: “Marty Walsh hará cosas buenas por Boston, tiene todo mi apoyoâ€.
La participación electoral fue cercana al 38%, lo que se traduce en más de 141.000 votantes que asistieron a las urnas. Esto es mucho más de lo que fue la participación en las elecciones primarias de septiembre, pero está muy por debajo de los 255.000 residentes que salieron a votar en Boston el año pasado para la elección presidencial. Quizás la campaña electoral estuvo opacada en gran medida por el triunfo de los Red Sox en la Serie Mundial.