En una conferencia ofrecida en UMass Lowell esta semana, el alcalde Menino reconoció que “en algún momento, Boston llegó a ser una ciudad realmente racistaâ€, y lo dijo a manera de reflexión, para destacar uno de sus legados más importantes en los veinte años que ha estado al frente del City Hall: Boston es hoy en día una ciudad más diversa e inclusiva. De eso no hay duda.
Tan es así que las elecciones primarias del pasado 24 de septiembre fueron las más diversas en la historia de la ciudad, y seis de los doce candidatos a la alcaldía eran considerados de color (de origen afroamericano, caboverdiano y puertorriqueño).
En el año 1993, cuando Menino ganó la alcaldía por primera vez, esto era impensable.
Y lo que es más interesante: estos seis candidatos se llevaron, juntos, el 35% de los votos, y a pesar de que los finalistas resultaron ser de origen anglosajón, estos no lograron por sí mismos alcanzar esta cifra de votos. Es obvio, pues, que quien desee convertirse en el próximo alcalde de Boston debe prestar atención a las comunidades de color, no solo para ganar adeptos, sino porque son comunidades que reclaman, hoy en día, más igualdad de derechos civiles. En pocas palabras, hay mucha tela para cortar en este aspecto y aquí hay una oportunidad para dejar un legado importante.
En la campaña electoral rumbo a la Alcaldía de Boston el tema de la diversidad ha tomado un papel protagónico. Ambos candidatos, tanto el representante estatal Martin Walsh como el concejal John Connolly, han abordado el tema con especial atención y han prometido ofrecer cargos públicos a más personas de color, así como también acabar con la brecha académica que existe entre los estudiantes blancos y los estudiantes de otros orígenes étnicos.
Inclusive esta semana se llevó a cabo un debate especial para hablar únicamente del tema de la diversidad y los candidatos se comprometieron, en pocas palabras, a hacer de Boston (y en especial de la administración pública de Boston) una ciudad aun más diversa de la que dejó el alcalde Menino.
Martin Walsh ha ganado importantes respaldos de representantes de minorías en las últimas semanas: los ex candidatos Félix Arroyo, John Barros y Charlotte Golar Richie han decidido apoyarlo, junto con un grupo importante de funcionarios estatales entre los que se encuentran las senadoras Sonia Chang-Díaz y Linda Dorcena Forry, el concejal Tito Jackson y los representantes estatales Carlos Henríquez, Gloria Fox y Russell Holmes. Walsh también cuenta con el apoyo de los senadores nacionales Michael E. Capuano, quien representa Boston, Chelsea, Evertt y otras ciudades; y Stephen F. Lynch. Además, el sindicato SEIU 32BJ District 615 que agrupa a muchos miembros de la comunidad latina dio su apoyo a Walsh.
En términos de apoyo comunitario, Walsh lleva la delantera, no solo por el respaldo de relevantes candidatos de color, sino también organizaciones como ¿Oíste?, Chinese Progressive Political Action y Right to the City Vote.
John Connolly tiene el respaldo de más de 20 miembros del mundo de los negocios pero no ha contado con un respaldo relevante por parte de funcionarios públicos y organizaciones comunitarias. Recientemente, obtuvo el “endorsement†del periódico Bay State Banner que sirve a la comunidad afroamericana y el Bay Windows que sirve a la comunidad LGBT. Además apoyan su proyecto Robert Lewis Jr, un veterano de Boston Foundation y de la administración de Menino; y los reverendos William Dickerson, Miniard Culpepper, y Bruce Wall quienes tienen un alto perfil como miembros negros del clero.
Si los “endorsements†son decisivos o no a la hora de elegir a un candidato, es objeto de debate. Algunas veces estos respaldos llevan consigo una red de electores que no siempre se dirigen a las urnas. Al mismo tiempo, un flujo constante de apoyo público puede dar a los votantes una poderosa percepción de por dónde están soplando los vientos políticos y ello puede influir en la forma en que emiten sus votos. Por su parte Connolly en el marco de un rally político para promover su campaña aceptó que los “endorsements†de los oficiales electos importan y que preferiría tenerlos, pero sostuvo que estos no determinarán quién será el próximo alcalde de Boston.
Nos alegra que tanto Connolly como Walsh se comprometieran a trabajar por el bienestar de las minorías étnicas si es que llegan al City Hall, sin embargo nos gustaría conocer en detalle qué esfuerzos está haciendo el candidato Connolly para conectarse con los líderes de nuestra comunidad con la finalidad de entender mejor las necesidades que tenemos los latinos y lo que esperamos del próximo alcalde de Boston.