Han transcurrido cuatro años desde la última vez que David Ortiz y los Medias Rojas de Boston estuvieron en una postemporada.
Esos cuatro años se perciben como una eternidad. La de 2009 fue la temporada más mala en la carrera del bateador designado de los Medias Rojas, la de los primeros dos meses con promedio de .185 y un jonrón. Fue bajado en el orden al bate, sexto durante una serie de primera ronda en la que fueron barridos por los Angelinos de Los Angeles.
Después siguió el 2010, cuando las lesiones tumbaron a los Medias Rojas, luego el desplome en septiembre de 2011 y finalmente la fatídica temporada con Bobby Valentine como piloto en 2012.
Frente a los Rays de Tampa Bay en la serie de primera ronda de los playoffs de la Liga Americana, Ortiz no ha perdido tiempo para ratificar su condición como uno de los bateadores zurdos más temidos.
«Lo que uno aprende nunca se olvida», repite Ortiz como mantra sobre este 2013, en el que la jerarquía del dominicano ha brillado con todo esplendor y los Medias Rojas completaron un extraordinario repunte.
Gracias a la primera vez que sacude dos jonrones en un juego de postemporada, Ortiz y los Medias Rojas ganaron el sábado 7-4 para ponerse a ley de una victoria para avanzar a la serie de campeonato. Ambos jonrones solitarios fueron ante David Price, el as de los Rays ante quien nunca la había sacado en 37 turnos.
En broma y en serio, Ortiz respondió sin tapujos cuando le mencionaron que dentro de un mes cumplirá los 38 años de edad.
«Â¡Treinta y ocho! ¿No vieron ese swing? ¡Estoy bateando como si tuviese 20!», exclamó empleando también una palabra soez.
Después de perder 93 juegos en 2012, los Medias Rojas despidieron a Valentine y contrataron como mánager a John Farrell, su ex coach de pitcheo.
También remozaron su nómina con media docena de adquisiciones, con compromisos que no incluían cifras exorbitantes y con un máximo de tres años en duración, como las del jardinero Shane Victorino, el primera base Mike Napoli, el torpedero Stephen Drew, el jardinero Jonny Gomes y el relevista Koji Uehara.
Pero la contratación menos publicitada fue la de «Big Papi» Ortiz, con un pacto de dos temporadas y 26 millones de dólares. El acuerdo incluyó un cláusula que estipula que el salario base de dominicano esta campaña subiría de 11 millones a 15 millones si se perdía no más de 20 juegos por la lesión en el talón de Aquiles derecho que le limitó a solo un partido desde mediados del año pasado,
Aunque comenzó la temporada en la lista de lesionados, Ortiz respondió a los incentivos. Una vez recuperado de la dolencia en el talón, actuó en 137 juegos. No volvió a estar en la lista de bajas.
«Fue la decisión correcta», comentó Ortiz, último eslabón del equipo que conquistó la Serie Mundial de 2004.
Ortiz, quien cumplirá 38 años en noviembre, fue el líder de los Medias Rojas en casi todos los principales renglones ofensivos, incluyendo promedio (.309), jonrones (30), impulsadas (103), extrabases (70), embasado (.395), slugging (.564) y OPS (.959).
Además, redondeó su séptima temporada con al menos 30 jonrones y 100 impulsadas, empatando a Ted Williams en la historia de los Medias Rojas.
Y hasta se robó cuatro bases, su mayor total en una temporada. Vale recordar que Ortiz pesa 250 libras (113 kilogramos).
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