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Doping: ¿Inocente o culpable?

Tal como lo dijimos en El Planeta la semana pasada, el escándalo de la suspensión de 13 beisbolistas de las grandes ligas por doping biogenético no se quedaba allí y no se quedará, pues hay muchas preguntas por responder. Por ejemplo ¿es justo sancionar a jugadores como sucedió en este caso, a través de presiones contra la empresa productora del tratamiento rejuvenecedor y de esteroides que supuestamente los atendía? ¿Y sin contar con una prueba física contundente de orina o de sangre de la sustancia en el cuerpo del jugador? De la misma manera muchos cuestionan que las mismas regulaciones se le impongan a deportes significativamente distintos. Por ejemplo, para el levantamiento de pesas lo esencial es la fuerza muscular, mientras que para el ciclismo y los maratones lo mas importante es la resistencia y la estamina.

Mas aún, hay quienes han llegado a defender el uso de estas sustancias en el deporte profesional porque según ellos no solo forman parte del espíritu de competencia que rige el deporte profesional mas allá del amateur, sino que en muchos casos este tipo de sustancias ayudan a prevenir lesiones.  Los invito a que piensen en su ídolo del beisbol de grandes ligas y recuerden cuántas veces en medio de la temporada terminó lesionado. Y es que en una temporada de béisbol de las grandes ligas cada equipo tiene que jugar unos  162 partidos en menos de 6 meses.

La suspensión de los 13 jugadores de las grandes ligas que fueron acusados de doping biogenético, no fue (como algunos creen) porque los pillaron inyectándose algo en los músculos o aspirando cocaína como fue el caso de el famoso futbolista argentino Diego Maradona, sino que estaban bajo un tratamiento de rejuvenecimiento con una sustancia llamada HGH (hormona del crecimiento humano) la cual es un agente anabólico que provoca la reproducción y regeneración celular en el ser humano y estimula el sistema inmunológico y el aumento de la síntesis de proteínas que aumentan la masa muscular.

Como argumenta Lincoln Allison, defensor de la utilización de sustancias para mejorar el rendimiento (PES por sus siglas en ingles), en un articulo de opinión escrito en el diario inglés The Guardian en 2004:  â€œSi existiera una pastilla para mejorar el desempeño de los políticos en sus cargos, ¿no quisiera usted que su presidente se la tomara?â€. Provocativa pregunta, porque lo que implica es la siguiente idea: nadie llega a ser un político exitoso o jugador de grandes ligas tomando una pastilla, pero luego de demostrar que lo puedes hacer, ¿por qué no hacerlo mejor? ¿Sabe usted cuántos jugadores de baloncesto en Estados Unidos han recibido de sus padres hormonas de crecimiento cuando eran niños con la esperanza de salir de la pobreza? Se estima que aproximadamente el 30 porciento. Pero al final del día no hay substancia que sustituya la disciplina, el talento, la dedicación y el compromiso.

Está el argumento de que estas sustancias mejoran el desempeño de los deportistas hoy pero afectan su salud en el largo plazo. Puede ser, pero eso debería ser decisión individual de cada atleta.

En otras palabras, este es un tema mucho mas complejo que requiere de una evaluación más especifica, más “hecha a la medida†de cada situación, menos simplista que el juicio:  inocente o culpable por doping, que a menudo lleva  injustamente a la condena moral y en muchos casos al fin de la vida atlética del jugador. El mismo Lance Amstrong, sobreviente de cáncer y siete veces ganador del Tour de Francia, la más exigente competencia ciclista a nivel mundial, declaró cuando fue sentenciado culpable de doping que no había manera de hacerlo sin usar sustancias que le den la resistencia requerida al ciclista. ¿Alguien duda la disciplina, el talento, la dedicación y el compromiso de Amstrong?

Hay quienes opinan que hay algo fundamentalmente errado en estas regulaciones  y por ello son constantemente violadas y lo serán aun más a medida que la ciencia avance en el conocimiento de la genética.  Esta es la reflexión que quiero traerles hoy.

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