El cambio climático se produce de modo natural cada ciertos miles de años, sin embargo, esta vez ha sido motivado y acelerado por las actividades humanas. Esto es por la emisión de gases como el dióxido de carbono, metano, el óxido nitroso y otros más. Aunque ha habido emisión de gases por actividades durante siglos como es a través de la quema de leña, no es sino a partir de la industrialización en el siglo XIX donde el cambio climático se aceleró. El monóxido de carbono (CO) es una de las grandes causas del efecto invernadero o lo que se conoce como calentamiento global. Este gas también se produce de modo natural, siendo los volcanes una de sus fuentes más comunes, pero tiende a desaparecer con el tiempo en la atmósfera de forma natural. Sin embargo la acumulación de CO y otros gases en la atmósfera cercana a la tierra es tan grande hoy en día que su eliminación de forma natural tomaría muchas décadas.
La acción humana que conlleva al cambio climático es conocida como efecto antropogénico (quiere decir que es generado por el hombre). Cuando hablamos de las actividades antropogénicas tenemos que obligadamente referirnos a cómo hemos desarrollado nuestro sistema económico. La economía se basa en una relación muy profunda entre producción, crecimiento y consumo. Hoy en día vivimos atrapados en la necesidad adquirida de tener que producir y consumir productos para hacer crecer y mantener la economía. El problema emerge cuando el crecimiento y la producción se enfrentan con dos temas básicos: la limitación de los recursos naturales, por ejemplo el petróleo que es la principal fuente de energía y se agotará en un futuro cercano; y la energía usada para la actividad industrial y productiva, que terminan generando CO, y por ende contribuyen al cambio climático que a su vez nos contamina y enferma. Por otra parte, el consumidor depende de lo que el mercado le ofrece para consumir. El ejemplo más claro es la energía eléctrica a base de carbón.
Otra causa importante de la emisión de gas de monóxido de carbono es por el uso de automóviles. Cabe destacar que hay una relación estrecha entre la extracción de petróleo que genera estos combustibles, la producción de automóviles y su mercado de consumo. El uso del automóvil es cotidiano; es un medio necesario para llegar a nuestros trabajos, lugares de esparcimiento o simplemente para ir de compras; hoy es casi imposible pensar en nuestras vidas sin el automóvil. Sin embargo, los automóviles son responsables por un gran porcentaje de la emisión de CO en la atmósfera. Por esto tenemos que recurrir a soluciones que sean sistemáticas: en primer lugar, un mejor acceso a tecnologías y combustibles limpios (como es la energía solar); y segundo, hay que crear más recursos e incentivos para el uso del transporte público y otros medios que no contaminen. Boston, aunque cuenta con un buen sistema de transporte público, sufre de la falta de recursos para satisfacer la demanda de sus usuarios. Además, hay que tomar en cuenta que en muchas partes de Massachusetts la gente no tiene acceso al transporte público, teniendo que solo usar sus vehículos.