ir al contenido

“Soy madre y al ver esa imagen sentí un desgarro interno que me hizo llorarâ€

El pasado 21 de mayo, Claudia Tolay se topó con una imagen estremecedora en Internet. Se trataba de una fotografía publicada por un grupo de facebook dedicado a los animales, en la que figuraba una pequeña niña boliviana con la cara desfigurada, debido a la paliza que le propinaron dos perros de raza rottweiler en La Paz, Bolivia. La foto fue publicada pocas horas después del accidente, que ocurrió el 20 de mayo.

Para el momento en que Claudia vio la imagen, la publicación había generado más de 300 comentarios en el grupo de facebook (ahora ya cuenta con 452 comentarios), pues la policía estaba evaluando si sacrificar a los perros. “Me llamó la atención que, de todas las personas que habían comentado, sólo dos se mostraron especialmente preocupadas por el estado de salud de la niña. De resto los demás comentarios pedían salvar a los perrosâ€, relata.

“Soy madre y al ver esa imagen sentí un desgarro interno que me hizo llorarâ€, relata Claudia a El Planeta. “Una cosa es defender a los animales. Soy pro-naturaleza y amo los animales. Pero otra cosa es la deshumanización de las personas. Eso no me entraba en la cabezaâ€. Esa imagen, que nunca supo cómo llegó a la red social a tan pocas horas del accidente, fue el punto de partida de una campaña titánica, liderada por Claudia y su esposo, que permitiría salvar a la niña.

Los primeros minutos de Rosalía en el Children’s Hospital

Un misterio sin resolver

Rosalía Apaza, de cuatro años, es la quinta de siete hermanos, en una familia muy pobre que vive en la zona del Alto de La Paz, en Bolivia.  Los nueve viven en una habitación hecha de barro, sin baño, ubicada en un terreno que el padre, Don Agustín, cuida, y todas las noches se distribuyen en tres camas de plaza y media para dormir.

El 20 de mayo la dueña de los perros, una vecina de la zona conocida a través del colegio donde los hijos asisten, se ofreció a bañar a la niña. Regina, la madre de Rosalía, aceptó y a los veinte minutos escuchó ruidos fuertes de perros, se puso nerviosa y salió corriendo a buscar a Rosalía. Después de golpear varias veces la puerta para que la mujer le abriera, Regina vio que sacaban a su hija de un minibús que la vecina tenía dentro de su casa, envuelta en una toalla. Ambas fueron a llevar a Rosalía al médico, y la dueña de los perros, quien también estaba muy afectada, afirmaba no entender por qué los animales habían tenido esa reacción agresiva.

Las circunstancias del accidente son confusas. “Hay muchas interrogantes sin responder. ¿Qué hacía la niña en el minibús? ¿Por qué desapareció la ropa de la niña?â€, se pregunta Claudia, aunque es prudente: “No quiero adelantarme a nadaâ€.

Entretanto se han iniciado algunas investigaciones judiciales en Bolivia relacionadas con el caso.

Manos a la obra

A través de una amiga en Bolivia, llamada Lourdes Rocha, Claudia consiguió hablar con el director del Hospital de Niños de La Paz, donde la pequeña estaba internada. Tenía graves heridas en la cabeza, lesiones cerebrales, permanecía inconsciente, y los médicos no sabían si iba a sobrevivir esa noche.

Claudia consiguió el informe médico y varias fotografías actualizadas y se las mostró a su marido, Joseph Currier, quien es médico de casos críticos en el hospital de Milford, Massachusetts, el cual tiene asociaciones con Children’s Hospital para casos de niños. Currier le confesó que no había visto algo similar nunca, y menos aun en una niña de 4 años. Ambos decidieron meterse en el caso de cabeza y se pusieron como meta traer a Rosalía al Children’s Hospital de Boston para que fuera tratada adecuadamente.

Pese a sus limitaciones, dado que no cuentan con tecnología ni medios ni equipos, los médicos en Bolivia hicieron lo que pudieron para ayudar a la pequeña. El Dr. Currier habló con los médicos del Children’s Hospital, quienes quisieron ayudar “desde el primer momentoâ€, y a partir de entonces iniciaron conferencias diarias via skype entre Boston y La Paz, hasta estabilizar a la pequeña.

De este modo Claudia y su marido iniciaron una campaña admirable para recaudar fondos, y consiguieron que los gastos de la niña fueran pagados por familiares y organizaciones estadounidenses. Entre ellas vale destacar el aporte de Allegis Group, los dueños del equipo de los Ravens de Baltimore, quienes ofrecieron un avión privado para hacer el traslado. En este avión se trasladó el equipo médico a Bolivia, compuesto por el Dr. Currier y los enfermeros Sarah Tiernan y Marty Wick.

Rosalía viajó a Boston junto con su padre, Don Agustín. Su madre, Regina, se quedó en casa cuidando de los niños.

A pesar de las complicaciones, Rosalía ya se encuentra en condición estable. Al tener bastantes heridas abiertas, aumenta el riesgo de infección. Ese problema venía desde Bolivia, y se logró controlar en quirófano tres veces por semana. La última publicación de la página de facebook Fuerza Rosalía es un mensaje del Dr Courier el jueves 18 de julio, que dice lo siguiente:

Como sabrán, ayer fue un gran día para Rosalía quien fue sometida a una cirugía muy especializada por doce horas. El equipo quirúrgico realizó un maravilloso trabajo y quedaron satisfechos con los resultados. El cuero cabelludo se cerró y está siendo cuidadosamente monitoreado. Por supuesto que los próximos días serán decisivos y es un poco prematuro hablar sobre la siguiente etapa de su recuperación. Es por eso que le pedimos que sean pacientes y en los próximos días les haré llegar una actualización médica con más detalles.

Por ahora decir que Rosalía evoluciona muy bien y se está recuperando en el Departamento de Cuidados Intensivos por algunos días como esperamos.

Claudia Tolay junto a Don Agustín Apaza, padre de Rosalía

Lucha incansable

Claudia y el Dr. Currier están todos los días en el hospital, y están atentos a todas las cirugías de Rosalía.

Claudia no ha parado desde ese día en el que vio la imagen de facebook. Se ha entregado en alma, cuerpo y corazón a la tarea de salvar a Rosalía. Y es que esta empresaria, madre de cuatro hijos y que radica en Boston desde hace dos años, tiene experiencia en el tema de ayuda humanitaria. Esta es la octava vez que Claudia se involucra en casos de ayuda para niños. Anteriormente, mientras estuvo viviendo en Barcelona, España, ayudó a varios infantes con cáncer a conseguir financiamiento para recibir un trasplante de médula.

Y una vez que Rosalía esté sana, aun le queda otra misión: “Nos hemos comprometido a juntar dinero para comprar una casita, para que cuando vuelvan sea en mejores condicionesâ€, promete.

El dia que fui a recoger a Rosalia de la unidad de cuidados intensivos del Hospital de La Paz, Claudia comenta que fue muy triste ver que había 8 niños mas en similares condiciones y los papas le rogaban, llorando para que los ayude. «Prometi ayudarlos, todos merecen la misma ayuda y amor que damos a  la pequeña Rosalia, Pero mi marido y yo no podemos solos, por eso nos unimos a Children’s para que juntos podemos lograr los objetivos para ayudar a mas niños en Bolivia».

Si hay gente interesada en ayudar a Rosalía y su familia, se está creando un fondo para ella y los niños de Bolivia que necesiten cuidados especializados. Los donativos se pueden realizar al Fondo Rosalia en Boston Children’s Hospital a través de esta página: https://giving.childrenshospital.org/sslpage.aspx?pid=2077 y solicitar que el donativo sea en honor (Tribute) a Rosalía Apaza Pillco.

Claudia organizó unas visitas a escuelas de Bolivia para contar la historia de Rosalía a los niños, y que estos escribieran mensajes de amor. Cuatro Hermanitas, hijas de una enfermera del equipo del Dr. Currier, y sus vecinitos vendieron limonadas con el objetivo de comprarle un par de Zapatos de Verano a Don Agustin.