Hace diez años perdí a mi pareja por un linfoma relacionado al VIH/SIDA. Antes de su muerte habíamos estado viviendo lo que me gusta llamar “un cuento de hadasâ€. Teníamos una bella casa, bastantes amigos, buenos trabajos y familia y amigos que nos apoyaban. La vida nos sonreía.
Era mucho mejor que la vida que me había imaginado construir cuando dejé México unos años atrás. Me mudé a los Estados Unidos porque en mi país no podía declararme un hombre gay libremente. A pesar de que hoy en día Ciudad de México acepta y ha legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo, en el pequeño pueblo en el que crecí había mucho machismo. No era seguro para mí que me declara abiertamente.
Vine a los Estados Unidos esperando conseguir una vida mejor. Nunca imaginé que encontraría a David. Él era perfecto. Apuesto, atento, amable ※ me sentía como el hombre más afortunado del mundo.
Cuando David murió mi mundo colapsó.
Me deprimí y dejé de tomar mis medicamentos para tratar el VIH/ SIDA. No había nada que pudiera hacer para aliviar el dolor y sufrimiento de haber perdido a mi alma gemela. A pesar de mi educación y de haber sido criado con unos principios morales sólidos, empecé a consumir metanfetamina.
Perdí todo, incluyendo mi casa. Ni siquiera tenía con qué alimentarme.
Mi historia no es inusual. Hay muchos hombres como yo viviendo en Boston. Muchos de ellos no pueden declararse abiertamente homosexuales. En la cultura Latina todavía prevalecen la homofobia, el estigma del VIH/SIDA y los prejuicios, incluso dentro de los Estados Unidos.
Y ahora estamos pagando por ello. Representamos solo el 8% de la población del Estado, pero 25% de las personas que viven con VIH en Massachusetts son hispanos.
Afortunadamente hay gente amable y buenas organizaciones que están dispuestas a ayudar.
Hoy en día estoy libre de drogas. Tengo un trabajo, un apartamento y, lo más importante, tengo respeto por mí mismo.
Tengo todo esto gracias a la ayuda que recibí del AIDS Action Commitee, quienes nunca me hicieron sentir mal acerca de quién era y cómo estaba viviendo.
Quiero animar a cualquier persona que esté leyendo esto y necesite ayuda a contactar a AIDS Action.
También los animo a asistir al AIDS Walk & 5K Run, un evento de la comunidad abierto a todo público que se llevará a cabo el sábado 2 de junio. La caminata es de 10 kilómetros y la carrera de 5 kilómetros es un competencia con tiempo cronometrado. Ambas comienzan y terminan en el DCR Hatch Memorial Shell del Charles River Esplanade de Boston. La inscripición y registro comienzan a las 7:30 a.m., la caminata a las 10 a.m. y la carrera de 5K a las 9:50 a.m.
Los participantes pueden registrarse al evento a través de la página web www.aidswalkboston.org.
El dinero que se recolecte a través de esta caminata y carrera ayudará a pagar programas como el que me ayudó a mí y que continúa ayudando a tantas otras personas.
Gracias por escuchar mi historia.