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Ayudando a su hijo a desarrollar patrones sanos de sueño

Tres de cada cuatro adolescentes en los Estados Unidos no duermen lo suficiente. A pesar de que todavía no estamos seguros del efecto que el sueño tiene sobre nuestro cerebro, es cierto que tanto la memoria como la capacidad de aprender están fuertemente afectados por la calidad de nuestro sueño. Los científicos han demostrado que aquellos que duermen bien retienen la información aprendida más eficientemente. Por otro lado, la privación y patrones de sueño irregulares pueden contribuir al desarrollo de problemas emocionales y físicos, que van desde un sistema inmunológico debilitado hasta problemas con la memoria.

A pesar de todo lo que sabemos acerca de los beneficios de tener un sueño regular, todavía no tenemos claro la mecánica del sueño. La mayoría de los jóvenes que reportan que duermen mal suelen tener al menos uno de sus padres comportándose como un “búho†en casa. Esto no sorprende mucho porque sabemos que el dormir tiene explicaciones biológicas y que está influenciado por la genética. Además, los hijos usualmente adoptan los patrones de sueño de los padres y esto hace que los miembros de una misma familia compartan patrones similares.

Entonces, ¿cómo podemos asegurarnos que nuestros niños y adolescentes duerman lo suficiente? Aún cuando es en la infancia cuando comienza el mejor entrenamiento para desarrollar un patrón de sueño sano, nunca es tarde para ayudar a nuestros hijos a adoptar una rutina de sueño apropiada:

Comience con usted mismo: modele patrones de sueño sanos para su hijo. Una herramienta ponderosa de enseñanza es la manera en la que usted mismo maneja su sueño. Muéstrele a su hijo que el lugar apropiado para dormir es la cama evitando tomarse siestas en el sofá, enfrente de la pantalla de la televisión o en cualquier otro lugar que no sea su cama.

Ayude a relajar su mente: para poder dormir necesitamos calmar nuestro cerebro. Para esto, conviene establecer rutinas que nos ayuden a bajar el nivel de actividad antes de irnos a la cama. Un baño caliente o leer un cuento son buenos ejemplos.Algunos niños necesitan un bocadillo o una bebida caliente para tranquilizarse antes de dormir. Asegúrese de que se cepillen los dientes después.

Sin embargo, es importante que el momento de dormir no sea el único tiempo del día que usted pasa junto a su hijo. Esto puede lograr el efecto contrario. Si se vuelve un problema, trate de jugar con sus hijos en la tarde después del trabajo y de esta manera los niños sentirán que el tiempo de ir a dormir no es el único momento durante el día del que disponen para disfrutar plenamente de su atención.

Evite aparatos electrónicos en el dormitorio: para niños mayores a quienes les gustan los juegos de videos y teléfonos celulares, establezca una hora límite en la que todos los aparatos electrónicos y pantallas se deban apagar. Los niños que utilizan juegos de video cuando están cerca de ir a la cama tardan más tiempo en dormirse. Del mismo modo, la presencia de aparatos electrónicos en el dormitorio está asociada con una mayor probabilidad de tener problemas con el sueño. Junto con su hijo, determine una fecha para mudar la cónsola de juegos y la laptop a otro cuarto de la casa.

Adopte un estilo de vida que favorezca el dormir: los fines de semana suelen ser momentos en los que los niños quieren ir a la cama y despertar más tarde. Esto puede cambiar su rutina de sueño. Recuerde: no se puede forzar a alguien a dormir, pero sí podemos despertarlo. Ayude a su adolescente a despertarse cerca del horario en el que usualmente lo hace durante la semana.

Finalmente, evite bebidas con cafeína: esto incluye las bebidas descafeinadas ya que tienen por lo menos 40% de la cafeína presente en bebidas regulares. La cafeína permanece en el cuerpo por alrededor de ocho horas y por lo tanto hace más difícil conciliar el sueño.