El anuncio de la salida del alcalde Menino al terminar su actual período es reveladora de las múltiples aristas de la política. Llegado al cargo interinamente al inicio, al ser electo Thomas Menino demostró una vocación especial por su ejercicio. No sólo creó una maquinaria electoral y de recolección de fondos imbatible sino que creó un estilo de conexión con la población difícilmente equiparable. Para quienes por una razón u otra hemos tenido relación con los hechos públicos de Boston, Menino sobresalía sobre el resto. Su estilo campechano y directo y su disposición a ayudar le valieron el cariño del electorado. En el discurso anunciando su retiro dijo: “estoy acá con la gente que amo para decirle a la ciudad que amo que dejaré el cargo que amoâ€.
Mayor sencillez imposible. Dispuesto a inaugurar cualquier evento de significación, se decía de él en son de chiste que hasta la apertura de un sobre atendía. Algún analista de Massachusetts, tomando prestada la noción al historiador británico Hobsbawn, ha dicho que con él termina el ciclo de la política bostoniana del siglo XX. Entre otras razones, su devoción a la ciudad y haberse negado a construir una carrera política fuera de ella lo convirtieron en uno de los símbolos vivientes de Boston.
La otra cara de la moneda es la inercia.
Así como proporcionó estabilidad y un sentido altamente pragmático a su gestión de alcalde, creó un edificio político inexpugnable en torno suyo. Todos aquellos que en algún momento le disputaron el poder, terminaron marginalizados no necesariamente por voluntad del alcalde sino por la inercia y la condición demoledora de hombres (y mujeres) que también tiene la política contemporánea, construida sobre las finanzas y los medios de comunicación.
A ello contribuyeron sus múltiples reelecciones y su toma de control del espacio político. Al anunciar Menino su retiro, Boston vive en la actualidad un vacío político y de incertidumbre. ¿Logrará alguien calzar los zapatos de Menino?
¿Será capaz de garantizar la prosperidad y la tranquilidad que trajo quien dominó la política local por veinte años? Al menos 8 candidatos han asomado la posibilidad de lanzar sus candidaturas, pero así será el influjo del alcalde que todos lo hacen con mucha modestia, como el niño que le pide permiso a la maestra para ir al baño.
Dos comentarios sobre su legado.
Cuando recibió la ciudad, Boston era todavía una ciudad típica americana, con mayoría anglosajona. Durante sus sucesivas administraciones se ha transformado en una ciudad multiétnica y multicultural. Y el alcalde ha hecho todo lo que ha estado a su alcance para que ello ocurra en plena armonía, ofreciendo la mano abierta a todas las personas del mundo dispuestas a tolerar el clima inclemente de Nueva Inglaterra. Todos los años celebraba la llegada de nuevas personas al “hub†bostoniano y creó una agencia especializada para ayudar a su adaptación.
Pero también ha ayudado a fortalecer el perfil económico especializado de la ciudad, creando condiciones para la entrada de empresas especializadas en biotecnología y medicina, así como más recientemente la industria cinematográfica. No es casual que Boston haya podido sobrellevar la tormenta financiera de años recientes en mejores condiciones que muchas ciudades de la nación, con mejores tasas de crecimiento y menor desempleo. Cuando algún periodista alguna vez le inquirió sobre su visión de la ciudad, se lo quedó mirando y le dijo: ¿Visión? Mi visión son buenos empleos, un mejor sistema escolar, policías en las comunidades y salud. Creo que Boston va a añorar al alcalde Menino por mucho tiempo, no importa cuán bueno sea su sucesor(a).
Leonardo Vivas Peñalver es director de la Iniciativa Latinoamericana del Carr Center for Human Rights Policy de la Kennedy School de Harvard University, y conductor del programa Detrás de la Noticia que se transmite por MasTV los martes a las 10:00am. Su e-mail es leonardo_vivas@harvard.edu Twitter: @Leovivasp