Ricardo Hausmann • es director del Centro para Desarrollo Internacional y profesor del Harvard Kennedy School en la universidad de Harvard. Fue Ministro de Planificación de Venezuela
Hugo Chávez parece haber llegado al final de su presidencia. Ha permanecido en el poder por más de 14 años, es decir, más que Franklin Delano Roosvelt, Margaret Thatcher o Tony Blair. Thatcher y Blair se vieron obligados a renunciar porque sus partidos políticos les dieron la espalda, pero Chávez no tiene por qué temer ese resultado: su partido nunca cuestionaría su liderazgo. Pareciera más probable que su caso se asemeje al de Franklin Delano Roosevelt, quien murió en el cargo seis meses después de haber logrado una victoria electoral aplastante.
El sostenido éxito electoral de Chávez es particularmente notable pues lo ha logrado alcanzar a pesar de un pésimo desempeño económico y social. Desde 1999, año en el cual Chávez asumió la presidencia, Venezuela ha registrado el menor PIB per cápita promedio y la mayor tasa de inflación de Latinoamérica a excepción de Haití. Los asesinatos se han quintuplicado durante su mandato, y podría decirse que Venezuela se ha convertido en el país con la tasa de homicidios más alta del mundo. A pesar de contar con las mayores reservas de petróleo del planeta, Chávez redujo la cuota de producción de petróleo estipulada por la OPEP de 4.8% hasta cerca del 3% y también se las arregló para estimular la mayor ola de emigración de venezolanos imaginable hacia el exterior.
¿Cómo puede alcanzarse el éxito electoral bajo unas circunstancias tan precarias? No es fácil. Claro que sirve de ayuda que el precio del petróleo se haya quintuplicado, de esta manera, el consumo puede aumentar aún si la producción nacional no lo hace. Igualmente, el gobierno puede utilizar la renta petrolera para aliviar la pobreza, acumular apoyo popular y ganar favores. Sin embargo, gobiernos anteriores, tanto en Venezuela como en otros países beneficiados por incrementos en los precios del petróleo, no han logrado el mismo éxito electoral del presidente venezolano.
¿Cómo lo hizo Chávez? El liderazgo político, al igual que la cocina, es un arte en el cual definitivamente hay un gran espacio para el talento individual y la creatividad; y Chávez tiene mucho de ambos.
Pero como el éxito no es independiente de los ingredientes que usted escoja le ofrezco una lista de los ingredientes fundamentales del libro de cocina de Chávez que ayudan a explicar su permanencia en el poder.
Primero que todo, luego de llegar a la presidencia asegúrese de debilitar el imperio de la ley. Puede valerse de ello para eliminar toda separación entre su partido y el Estado, de manera que los programas sociales creados por el gobierno sean un privilegio para sus fieles seguidores y no un derecho de todos los ciudadanos. No se olvide de crear un gigantesco ejército civil conformado por activistas políticos generosamente recompensados por el Estado en pago a su trabajo para su partido. Limite los derechos individuales, aumente los controles, incluyendo los precios y el acceso a la moneda extranjera, y otórguese a sí mismo el poder de nacionalizar cualquier negocio que usted escoja. De esa manera, nadie querrá atravesarse en el lado malo de su camino. Judicialice la política mediante el uso de los tribunales para llevar a sus enemigos a la cárcel o para amenazarlos con ser procesados. Hágale muy costoso a los ciudadanos el oponérsele a usted. Permítales a sus colaboradores robar generosamente y asegúrese de que sepan que usted lo sabe. De esa manera, nunca se atreverán a traicionarle.
Segundo, domine el espacio mediático.Limite la difusión de opiniones críticas usando “regalos†tales como gastos de gobierno en espacios publicitarios o amenazas con multas, cárcel o expropiación. Recuerde llevar a cabo sus amenazas con cierta regularidad para refrescar la memoria de la gente. Déjele algo de espacio mediático a sus adversarios, pero asegúrese de lograr para usted una proporción 30 a 1 en el aire. De esa manera usted podrá crear su propia narrativa y evitar que ellos creen la suya.
Tercero, sea creativo en la elección de su narrativa: no se sienta limitado por la verdad, la realidad ni el sentido común. Si su país no tiene un enemigo externo, invente uno. Siempre que falle usted, culpe a alguna conspiración en su contra. Considerando el dominio del espacio mediático que posee, para el momento en el cual la gente se entere que no hay verdad en sus viejas mentiras, ya habrá creado 20 nuevas.
Cuarto, deshumanice a sus adversarios. No debata con ellos ni le conceda ninguna forma de reconocimiento moral. Nunca use la frase “mis compatriotas†para incluir a aquellos que no votan por usted. Tome prestada una página de la década de 1930 y adopte la visión mundial de que las formalidades institucionales sólo conducen a la parálisis para el beneficio del enemigo. Pida que el “pueblo†delegue completamente el poder en su “querido líder†para que “él†pueda aplastar al enemigo. Prescinda por lo tanto, de otras complicadas formalidades.
Mezclando hábilmente estos ingredientes usted será capaz de perpetuarse en el poder. Lo habrá hecho a costa de la prosperidad y la libertad de su gente. Pero, de nuevo recuerde, ni siquiera Chávez puede ganar siempre.