Falta poco para que termine el invierno, o por lo menos eso esperamos. Entre tormentas de nieve y lluvias nos gustaría que ya fuese primavera, que los árboles se llenen de su verde nuevo y que los tulipanes adornen la ciudad. Sin embargo, el hecho de que la primavera se adelante puede ser un mal signo: podría ser consecuencia del cambio climático. En ese sentido, según los expertos, el año pasado se produjo la floración de primavera más temprana del Este de los Estados Unidos en más de 150 años. Esta información fue suministrada por el profesor de Biología Organísmica y Evolutiva de la Universidad de Harvard, Charles Davis. El profesor Davis aseguró que la primavera está llegando hoy mucho antes que en el pasado: “las plantas están floreciendo una media de tres semanas antes de lo que se observó por primera vez y algunas especies están floreciendo hasta seis semanas antesâ€, dijo.
Usando los datos recogidos en Massachusetts y Wisconsin desde mediados de 1800 hasta hoy, se demuestra que los dos años más cálidos registrados※ 2010 y 2012 ※ se destacaron por ser de floración más temprana. Davis y sus colegas utilizaron datos iniciados por los iconos del movimiento ecologista de este país Henry David Thoreau a mediados de 1800 y otros recogidos por Aldo Leopold en la década de 1930.
Por su parte un estudio financiado por el Consejo de Investigación en Biotecnología y Ciencias Biológicas también ha concluido que el cambio climático y el calentamiento del planeta han provocado una floración fuera de temporada. El estudio publicado en la revista Nature, destaca que debido al calentamiento del aire, un gen de control, denominado PIF4, activa la vía de la floración a destiempo pues a temperaturas más bajas el gen es incapaz de actuar En otras palabras, si bien deseamos que llegue la primavera temprano, estemos atentos a lo que eso podría significar: buenas noticias para nosotros pero malas para nuestros hijos.