Barack Obama inició este domingo formalmente su segundo mandato tras prestar juramento ante el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, en una ceremonia privada en la Casa Blanca. Empieza, por tanto, el periodo en el que el primer presidente afroamericano de Estados Unidos deberá construir su legado, basado en un ambicioso programa de transformaciones sociales y económicas para la modernización de este país.
La ceremonia será repetida el lunes ante 800.000 personas en las escalinatas del Capitolio. Esta es una jornada, esencialmente, de celebración. En las calles de Washington había una mayoría de negros porque, coincidiendo, además, con el día de Martin Luther King, esta es una gran fiesta para esa comunidad, que se pregunta cuándo tendrán otra oportunidad de ver a alguien de su raza en ese codiciado podio. Todo el país puede celebrar también el hecho de que esta es la 57 toma de posesión de forma ininterrumpida, es decir, dos siglos y medio de democracia sin paréntesis.
El juramento que ha pronunciado Obama ha sido el siguiente: «Juro (o afirmo) solemnemente que cumpliré fielmente con las funciones ejecutivas del cargo de presidente de Estados Unidos y que conservaré, protegeré y defenderé la Constitución de los Estados Unidos con la mejor de mis capacidadesâ€.
Antes de pronunciar la fórmula protocolaria del juramento, Obama depositó una ofrenda en la tumba al soldado desconocido del cementerio militar de Arlington y asistió a un servicio religioso junto a su familia, antes de la ceremonia en la Casa Blanca en la que jurará el cargo para un segundo mandato.
Obama usó ante el magistrado John Roberts, presidente del Tribunal Supremo, una Biblia propiedad de la familia de su mujer, en un acto que fue televisado y que precedió a la ceremonia pública de investidura de este lunes, a la que se espera que asistan unas 800.000 personas.
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