Antes de que termine el presente mes, el presidente Barack Obama enviará al Congreso una propuesta para fortalecer el control federal sobre la venta y porte de armas en Estados Unidos.
La medida fue anunciada en la posteridad de la masacre de Newtown, Connecticut, el pasado 14 de diciembre, cuando Adam Lanza, armado con un rifle de asalto mató a su madre, 20 niños y seis profesores de una escuela primaria.
Aún no se conocen los puntos específicos de la iniciativa. Sin embargo, hay un grupo de trabajo interinstitucional liderado por el vicepresidente Joe Biden que presentará la propuesta.
Según datos revelados por The Washington Post, “el plan incluiría una nueva lista de armas prohibidas, así como de cargadores de balas de alta capacidad. Se dice que la medida involucraría asuntos sobre el control de la salud mental de los individuos; y quizá, una discusión sobre la forma en que se retrata la violencia en la cultura popular del paísâ€.
El segundo punto, según el diario, es una solicitud al Congreso para que vote a favor de medidas cuyo apoyo popular está demostrado.
Por ejemplo, “la prohibición para que circulen armas de asalto de estilo militar†entre la población civil. Y tercero, nombrar un director para la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés). Aunque suene increíble, el organismo del Gobierno encargado de vigilar el flujo de armas en el país lleva seis años con líderes interinos debido a complejos trámites administrativos en Washington.