Una multitud de valientes se lanzaron a las aguas heladas del puerto de Boston el 1 de enero por la mañana, y se unieron a la tradición de los «L Street Brownies», que organizan todos los años este chapuzón de año nuevo.
La temperatura del agua era de unos 40 grados Farenheit, a penas unos 5 grados más caliente que la temperatura del aire.
Jack Dever, presidente de los Brownies, dijo al Boston Globe que en esta oportunidad unas 600 personas se metieron al agua, más o menos el mismo número que ha participado en los últimos 10 a 15 años. Dever, de 73 años, recuerda cuando el evento atraía a no más de 40 ó 50 personas.
Esta actividad se deriva de una tradición del norte de Europa, dijo Dever, que fue exportado al Sur de Boston en 1901. Al año siguiente no se realizó, pero volvió en 1903 y desde entonces se ha repetido todos los 1 de enero.