La estadounidense Besse Cooper, la persona más anciana del mundo, murió este martes a la edad de 116 años, informó la cadena CNN.
Cooper, distinguida como la más anciana del mundo en enero de 2011, era una de sólo ocho personas que, según el libro de récords mundiales Guinness, han llegado a vivir tanto.
Cooper falleció en Monroe, en el Estado de Georgia (sureste de EEUU), dijo su hijo Sidney, de 77 años, un día después de que le cortaron y peinaron el pelo en el hogar para ancianos en el que vivía desde hace 11 años.
Ella había nacido el 26 de agosto de 1896 en Tennessee, el mismo año en que se publicó el primer índice bursátil Dow Jones, se disputaron los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna y se construyó el primer automóvil Ford.
Fue maestra de escuela y parte del movimiento que en 1920 consiguió el derecho al voto a las mujeres estadounidenses.
Cuando se le consultó por su secreto para la longevidad, Cooper dijo: «No me meto en la vida de otros y no me alimento de comida basura».
