Hace una semana pocos conocían de la existencia de Kennebunk en Maine, un pequeño pueblo playero con tan solo 10 mil habitantes localizado a 25 millas al Sur de Portland. Quienes viven en esa localidad que busca atraer a los turistas regionales y nacionales con sus playas, espacios verdes y ríos, no esperaban ganar notoriedad a nivel internacional gracias a un tipo “especial†de Zumba.
Y es que justamente es en este hermoso pueblo en donde hace poco más de una semana las autoridades desenmascararon una presunta red de prostitución que operaba desde un estudio de Zumba llamado “Pura Vidaâ€. El lugar ubicado en 8 York Street tenía las apariencias de un estudio de Zumba típico, con letreros promoviendo clases de esta disciplina de origen colombiano que utiliza música latina para fortalecer el cuerpo con movimientos de baile mezclados con rutinas aeróbicas.
Sin embargo, la dueña del lugar, Alexis Wright de 29 años y bautizada por los medios como “la proxeneta de la Zumbaâ€, presuntamente prestaba servicios sexuales a una abundante clientela compuesta prin- cipalmente por hombres mayores de 50 años de edad. Al parecer, el negocio de Wright venía despertan- do las sospechas de varios miembros de la comunidad. ¿Por qué acudían tantos hombres con “look ejecutivo†al estudio Pura Vida?
¿Por qué las ventanas del estudio estaban cubiertas como para que nadie viera nada adentro? ¿Por qué los gemidos y gritos continuos en horas de la noche? Esas eran algunas de las preguntas que vecinos y dueños de negocios se planteaban. Pero Alexis Wright, la “Zumba Madamâ€, parecía vivir despreocupada y sin esforzarse demasiado por guardar las apariencias. Así Wright logró amasar una base de datos con 150 nombres de clientes que la policía encontró cuando registró las instalaciones y la casa de la mujer luego de su arresto por correr un negocio de prostitución desde el Estudio Pura Vida y una oficina cercana. Por si fuera poco, la “Zumba Madam†y su socio Mark Strong Sr. también están acusados de presuntamente filmar los encuentros sexuales entre Wright y los clientes.
De la lista de clientes los primeros 21 nombres ya salieron a la luz pública el lunes pasado. En esa “lista negra†de clientes que aparentemente “bailaron a otro ritmo†diferente a la Zumba, se encuentran distinguidos miembros de la comunidad de Kennebunk. Fueron presuntos clientes del Estudio Pura Vida un entrenador de hockey de un colegio, un urbanista, un asesor financiero y más profesionales. “Pueblo chico, infierno grandeâ€, dice el conocido refrán y eso aplica a esta historia, pues muchos de estos hombres ahora no solo deben explicar a la gente de Kennebunk sus acciones sino que también deberán enfrentar a sus esposas y familias. Es probable que más de una esposa en ese pequeño pueblo diga ahora algo como “¡Ahhhh por eso es que le gustaba tanto la Zumba!â€. Y es que para quienes no sospechaban lo que pasaba, la mejor explicación se podría dar citando a Rubén Blades: “¡La vida te da sorpresas!â€
