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Obscuridad Sublime

En un poema fechado en 1957, titulado a[euro]oeThe More Loving Onea[euro]\0x9D, W. H. Auden reflexiona sobre el papel que tienen las estrellasa[euro]»la fuerza motora a la que otros se refieren como Diosa[euro]»en su vida. El poema asegura que a las estrellas les vale un comino lo hace o no hace Auden, y, a su vez, Auden sugiere que tal indiferencia a A(c)l le viene bien. Si todas las estrellas desaparecieran, dice, el poeta, aunque se demorarA\0xADa tarde o temprano aprenderA\0xADa a contemplar un cielo vacA\0xADo. Ese cielo vacA\0xADo, antes sus ojos, serA\0xADa a[euro]oeoscuridad sublimea[euro]\0x9D (darkness sublime).

Esa frase fue lo primero que me vino a la mente al enterarme del atroz incidente en Aurora, Colorado, en el que un desquiciado (A?quA(c) otro calificativo servirA\0xADa para describir al perpetrador, que tambiA(c)n es un ex estudiante de doctorado en la Universidad de Colorado-Denver?) asesinA\0xB3 a doce persona e hiriA\0xB3 a cincuenta y nueve? El lugar era un cine multiplex, la hora la funciA\0xB3n de medianoche de la Aoltima entrega de The Dark Knight, la trilogA\0xADa de Christopher Nolan sobre el superhA(c)roe enmascarado Batman. Soy un admirador de esa trilogA\0xADa por la manera en que exploraa[euro]»y explotaa[euro]»la maldad de manera oscura y sublime. El cine es un templo para Nolan en el ven expresiA\0xB3n nuestros sueA+/-os recA\0xB3nditos. Ver cualquiera de las entregas de sumergirse en el miedo: un miedo interno, ancestral, impostergable. Uno de los actores, Heath Ledger, muriA\0xB3 (A?se suicidA\0xB3?) en 2008, luego de interpretar el personaje del GuasA\0xB3n.

A!El corazA\0xB3n oscuro! Realidad y fantasA\0xADa se yuxtaponen. La escena de la matanza en Colorado, a unas veinte millas de Columbine, estarA! para siempre ligada a Batman. A?En quA(c) medida lo ve vemos en la pantalla, ese celuloide que es espejo de nuestros miedos, es responsable por nuestros trastornos? A?Actuamos como los personajes que vemos en el cine o los personajes que vemos en el cine actAoan como nosotros? La dialA(c)ctica es imposible de resolver. A?Invita Hollywood a la violencia? El problema asimismo estA! en otra parte: en el uso legal de armas de fuego en el paA\0xADs.

Es cierto que una ametralladora no mata; el que mata es el individuo que la dispara. Con frecuencia esa persona es un loco porque hay mAoltiples maneras de resolver una discordia y las armas de fuego no son una de esas maneras. Obviamente, sin una ametralladora esa persona carece del instrumento que harA! posible su destrucciA\0xB3n. Por otro lado, los defensores del derecho a portar un arma de fuego aseguran que una matanza como la de Colorado es una excepciA\0xB3n y que en su mayorA\0xADa las armas (cuyo uso, por cierto, estA! protegido por la constituciA\0xB3n) son Aotiles para la autodefensa. LeA\0xAD en un reportaje que un defensor del derecho de portar armas asegurA\0xB3 que de haber habido alguien en el cine que portara una de ellas, el nAomero de fallecidos hubiera sido menor.

En la trilogA\0xADa The Dark Knight, las armas se usan libre y frecuentemente. La gente muere en la pantalla. Pero una vez terminada la filmaciA\0xB3n, los muertos se van a su casa. Nuestra realidad si bien es acaso menos divertida que la fantasA\0xADa, es sin duda mA!s atroz. En ella los muertos no reviven y la sangre  no es una mentira. La oscuridad sublime es la soledad que nos rodea. Ni las estrellas ni Dios se interesan por nuestros excesos. Y, tal parece, tampoco nosotros. La poesA\0xADa sirve para enunciar el dolor. Mientras tanto, el GuasA\0xB3n se carcajea. Darkness sublime: el horror, el horror…