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OPINIA»N: El tenedor

Quiero dedicarle esta nota al tenedor. No discuto que haya temas mA!s urgentes, menos pedestres, pero el tenedor es un utensilio que estA! conmigo a diario y por el que siento la necesidad de agradecer su compaA+/-A\0xADa.

Siempre que pienso en A(c)l, es al lado de sus colegas, el cuchillo y la cuchara. Aunque el tenedor viene en docenas de materiales (del aluminio al cobre, del plA!stico a la madera) y en presentaciones diversas, hay una forma universal que es inconfundible en cualquier lugar del orbe: un astil de metal del cual surgen cuatro o cinco pAoas o dientes. Es de forma oblonga y tiene una superficie frontal y un reverso.

El tenedor sirve para pinchar. Este acto permite que cortemos la carne, levantemos un trozo de queso, abramos una patata hervida. PodrA\0xADamos hacerlo con las manos pero contaminarA\0xADamos los alimentos de microbios. El tenedor, entonces, no solo pincha sino protege. En su diseA+/-o, parece una mano. De hecho, tiene las mismas cualidades. Es factible especular que si no tuviA(c)ramos A manosA–no una sola sino dosA–nuestra evoluciA\0xB3n habrA\0xADa seguido radicalmente distinta. Con las manos agarramos cosas (llaves, una naranja, un lA!piz, dinero, una pesa), las exprimimos, las transportamos y demA!s. Sin ellas no podrA\0xADamos contar, encender la luz, tripular un automA\0xB3vilA… o comer en posiciA\0xB3n erecta. Es decir, ellas son la esencia de nuestra civilizaciA\0xB3n. Y sin las manos, no tendrA\0xADamos tenedores.

Sus orA\0xADgenes se remontan al Imperio Romano. Pero su historia me interesa menos que sus usos y su simbolismo. Empiezo por el segundo. El tenedor se posiciona bocarriba (expresiA\0xB3n curiosa) en la parte izquierda del plato, aunque 78% de la gente a nivel mundial lo manipula para comer con la mano derecha. En la imaginaciA\0xB3n popular, el tenedor indica la categorA\0xADa de un restaurante: cinco tenedores representa alta calidad, uno representa baja. En otras palabras, el tenedor es un emblema de la elegancia. Visualizamos las culturas ancestrales como bA!rbaras en sus hA!bitos alimenticios.

El tenedor, por eso, proyecta alcurnia. A temprana edad enseA+/-amos a los niA+/-os a usar el tenedor aunque reconocemos cuA!n efectivo es comer con las manos, sobre todo a esa edad. En inglA(c)s la palabra es fork, que viene del latA\0xADn furca. En francA(c)s se dice fourchette, en portuguA(c)s garfo, en alemA!n besteck. Musicalmente, yo prefiero el castellano: el sonido trisilA!bico es a un tiempo suave y decisivo. A EtimolA\0xB3gicamente, la palabra tenedor asimismo significa poseedor, alguien pudiente, dueA+/-o de bienes, educado, con A distinciA\0xB3n social. De igual manera, el tenedor, cuando es llamado horquilla, que es un instrumento agrA\0xADcola que remueve paja, simboliza al diablo. En la imagen popular, SatanA!s sustenta en la mano derecha una horquilla de tamaA+/-o casi humano Aotil para llevar a los mortales al infierno.A

DirA(c) para acabar que si la cuchara ostenta dotes femeninas, el tenedor (asA\0xAD como el cuchillo) tiene porte masculino. QuizA!s esto se deba al orgullo que destila su frA!gil cuerpo y al elegante porte que lo define. Sea como sea, el tenedor es un amigo raudo, impetuoso y dinA!mico.

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Ilan Stavans es autor y profesor mexicano. Titular de cA!tedra Lewis-Sebring en Amherst College. Su e-mail es: ilan@elplaneta.com

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