La primera virtud de un inmigrante
Si me preguntan A?cuA!l es la virtud que es comAon a todos los inmigrantes? Mi respuesta es simple: es esa capacidad de sacrificarse dejando atrA!s lo conocido y a la gente amada con la esperanza de ir a buscar mejores oportunidades para sus familias y ellos mismos.
Cuando llegamos nos encontramos con una realidad desconocida. La sensaciA\0xB3n de subir y bajar gradas de madera no es la misma que las gradas de cemento. La intensidad de la luz de dA\0xADa no es tan vibrante como en el trA\0xB3pico. A!Hasta el tono del telA(c)fono cuando estA! haciendo una llamada es distinto! Es una experiencia de descubrir y volver a aprender. Otra virtud de un inmigrante es la capacidad de asombrase y adaptarse a lo nuevo.
En algAon momento del primer aA+/-o, paramos de comparar precios -al principio encontramos todo tan barato que lo quisiA(c)ramos comprar y A»mandA!rseloA» a alguien. Poco a poco aprendemos cosas como medir la temperatura en grados Fahrenheit o encontrar el mercado que tiene A»las cosas de unoA».
La primera tarjeta de telA(c)fono
Dependiendo en quA(c) aA+/-o llegA\0xB3 o a quA(c) generaciA\0xB3n pertenece, se llama A»cartaA», A»tarjeta de telA(c)fonoA», A»messangerA», A»skypeA» o A»facetimeA». Indistintamente, el comunicarnos con casa es el fuego que alimenta y consuela al sacrificio y la nostalgia de estar aquA\0xAD.
Los aA+/-os pasan y la dinA!mica va cambiando. Uno todavA\0xADa extraA+/-a A»la comidita que hacA\0xADa mamA!A», o todavA\0xADa le da seguimiento a los juegos de la liga local del bA(c)isbol, al mismo tiempo que a los A»Medias RojasA». Los peques ahora ya tienen noviecitas o ya son A»seA+/-oritasA». Y nosotros somos parte de ello sin estar ahA\0xAD.
Cuando la casa estA! aquA\0xAD y allA!
La historia de Fernanda Liriano no es muy distinta a la de todos los demA!s. Con varios hijos que sacar a adelante y sin muchas posibilidades en Colombia, Fernanda vino a Nueva Inglaterra. La historia podrA\0xADa ser salvadoreA+/-a o dominicana. Muchos aA+/-os despuA(c)s de haber llegado, los resultados van dando frutos. Ella ahora trabaja como administradora de una lavanderA\0xADa en Somerville y usa Facebook para estar en contacto con su familia. La hija mayor estA! por graduarse de la universidad y el mA!s pequeA+/-o estA! entrando en la Aoltima etapa de la escuela. De la primera remesa al dA\0xADa de hoy han pasado muchos aA+/-os, muchas lA!grimas y muchos sacrificios.
Fernanda Liriano, Colombiana, mostrando el telA(c)fono inteligente con el que se conecta a Facebook para contactar a su familia en Colombia.
Como inmigrantes, creamos nuevas A»casasA». Formamos nuevos hogares y nuevas amistades. A veces, nos casamos con gente del mismo paA\0xADs; a veces, con gente de otros paA\0xADses. La vida sigue. TambiA(c)n A»allA!A» las cosas cambian. Hay nuevos miembros de la familia que uno no conoce y otros que ya no estA!n. La casa estA! aquA\0xAD y allA!.
Esa es la virtud mA!s grande de un inmigrante: la capacidad de sacrificarse por sacar adelante a su familia. Es esa voluntad de volver a empezar, aprendida en las dificultades y carencias del barrio o del valle. Es esta virtud traducida a ingenio y creatividad lo que hace que cuando un inmigrante emprendedor arranca un negocio o inicia una carrera universitaria, sea cuestiA\0xB3n de tiempo antes de que alcance el A(c)xito. Esperanza, es el nombre de la otra virtud que cruzA\0xB3 la frontera tomada de la mano del nuevo inmigrante.
* A»BitA!coras de InmigrantesA» es parte del proyecto A»Immigrants in New England: An Old American BusisnessA» del fotA\0xB3grafo Mario Quiroz. El proyecto cuenta con la participaciA\0xB3n de la CoaliciA\0xB3n MIRA, la Chinese Progressive Association, el Student Immigrant Movement, Centro Presente y otras organizaciones comunitarias de Nueva Inglaterra.