Digna González trabajó por dos años en el Hotel Crowne Plaza de Pittsfield, en la región turística ubicada en la parte occidental de Massachusetts conocida como The Berkshires. El hotel era frecuentemente sitio de elegantes fiestas y banquetes en donde la ecuatoriana de 31 años trabajaba a veces como bartender, a veces como mesera. Pero a pesar de que los eventos en los cuales servía comida y bebida eran visiblemente costosos, Digna y otros meseros y personal de servicio no veían cada dos semanas un cheque correspondiente a la cantidad de horas trabajadas ni con un monto suficiente de propinas.
«Todos nos quejábamos de eso, hacíamos problemas por eso. A veces las horas no iban de acuerdo a lo que uno trabajaba, y encima de eso, trabajar tanto y con tan poquitas propinas», explicó Digna en una entrevista telefónica con El Planeta.
Las cosas no mejoraron para Digna y sus compañeros, a tal grado que ella tuvo que dejar «botado» el trabajo un día de mayo del año pasado. «Yo no podía seguir más ahí. Lo dejé por muchas razones, incluyendo por el bajo pago y por el maltrato emocional que uno recibía del jefe de ahí, era un ambiente horrible», dijo
Lamentablemente el caso de Digna es solamente uno de los últimos ejemplos del abuso laboral del que son víctimas miles de trabajadores inmigrantes en Massachusetts. [Ver nota adjunta sobre caso en Boston]. Aunque no hay muchas estadísticas documentadas del número de trabajadores latinos en las industrias restaurantera, de servicio y hotelera en el estado, es conocido de manera anecdótica que esas industrias contratan una gran cantidad de empleados latinos.
A Digna, la suerte le sonreiría meses después de dejar el trabajo en el Crowne Plaza. Un día se encontró por casualidad a un ex compañero que también había sido empleado en ese entonces de los banquetes y fiestas que ofrecía el hotel.
«Me lo encontré en el supermercado [al ex compañero], y me dijo, Â’Digna, te andábamos buscandoÂ’, y me contó que Tony Chavarry, otro ex trabajador del hotel, había puesto una demanda en nombre de todos nosotros», contó Digna emocionada.
Efectivamente, Anthony Chavarry actuó como el litigante principal de lo que se le conoce como un «class action lawsuit», o demanda legal colectiva, en contra del Crowne Plaza. El mes pasado, el hotel llegó a un convenio con los abogados de los 150 trabajadores representados por Chavarry y entre los que se incluían Digna y su hermana Sandra Lujano.
El Crowne Plaza acordó pagar un total de $1.3 millones de dólares a dividirse entre las 150 personas, de acuerdo a Paul Holtzman, el abogado que llevó el caso.
«Hemos tenido ya varios casos de este tipo en la región de The Berkshires en donde se ve el mismo problema, es decir la falta de pago de salarios o pago incompleto de propinas», explicó Holtzman en entrevista con El Planeta. «La manera en como esto sucede es que, el hotel que provee el servicio de banquetes, recepciones, fiestas o eventos incluye en sus facturas al cliente un cargo por servicio, que es típicamente de 20%, esto adicional al precio de la comida o bebida servida en el banquete, boda o fiesta. El cliente y sus invitados se van pensando que dejaron una propina a los meseros y bartenders de 20%, pero nos hemos dado cuenta que en este caso en particular y otros que hemos trabajado que una porción de ese dinero no se le paga al personal de servicio».
En el caso del Crowne Plaza, un tercio del 20% de los cargos por servicio (la propina) que el hotel le facturaba a sus clientes por banquetes y eventos estaba siendo retenido y no pagado al personal que trabajó en dichos eventos.
Holtzman señaló que una «cantidad substancial» del total de 150 trabajadores y ex trabajadores del Crwone Plaza en el periodo desde noviembre de 2006 hasta junio de 2010 (que es lo que incluye la demanda) son de origen latino. No se sabe con certeza cuánto dinero exactamente le tocará a cada uno, sino que dependerá del número de horas trabajadas en ese periodo.