Después que más de la mitad de los estados efectuaron sus elecciones primarias y asambleas partidistas, Mitt Romney lleva una ventaja considerable en el número de delegados que decidirán la candidatura presidencial republicana.
A medida que Romney aumenta su cosecha de delegados en busca de los 1,144 que necesita para asegurarse la postulación, miembros poderosos del Partido Republicano le van manifestando su apoyo. Se está creando lo que probablemente será un empuje incontenible para la proclamación de su candidatura en la convención partidista en agosto.
Después de conseguir una victoria decisiva el martes en Illinois, Romney obtuvo rápidamente el aval del ex gobernador de la Florida Jeb Bush, hermano del ex presidente George W. Bush. También hubo indicios de que importantes contribuyentes a la campaña republicana están canalizando más dinero en su dirección.
La presión que la campaña inusualmente prolongada ha ejercido sobre los candidatos y sus asistentes se puso de manifiesto el miércoles cuando un asesor de Romney hizo un comentario perjudicial.
Eric Fehrnstrom dijo que «todo cambia» para la campaña en el otoño antes de la elección presidencial. «Es casi como un Etch A Sketch», dijo refiriéndose a un juguete con un dibujo que solo necesita que lo sacudan para desaparecer. «Uno lo sacude y empieza todo de nuevo».
La declaración reactivó viejas críticas de que Romney, que ha promovido posiciones más moderadas en el pasado en cuestiones sensibles para los conservadores como el aborto, acomoda sus principios a la conveniencia del momento.
«Las cuestiones que apoyo seguirán siendo exactamente las mismas», afirmó Romney en Maryland. «Me postulo como republicano conservador. Yo era un gobernador conservador. Me postularé como un candidato republicano conservador. Las políticas y las posiciones son las mismas».