Este año los corredores del maratón de Boston no estuvieron preocupados por correr rápido o superar marcas personales, sino por llegar sanos y salvos a la meta. Las altas temperaturas, que superaron los 80 grados, ocasionaron que cerca de 2,000 participantes requirieran atención médica, 50% más de lo que usualmente ocurre. Además, cerca de 120 personas fueron llevadas al hospital en ambulancias y uno fue atendido en condición de gravedad.
La representación latina estuvo conformada por 348 participantes, de los cuales 337 lograron terminar la carrera, de acuerdo a datos de Boston Athletic Association. El primer latino en atravesar la línea final fue Franklin Tenorio, un ecuatoriano de 42 años que llegó en el puesto número 16, con un tiempo de 2:24:04.
Después de Tenorio, el siguiente hispano en llegar fue el mexicano Carlos Armenta, en el puesto 136. Armenta es de Monterrey y esta vez corrió en apoyo a de la organización mexicana Héroes Ocultos, dedicada a ayudar económicamente a jóvenes deportistas destacados para que culminen sus estudios académicos. «He recaudado unos $6,000 dólares. El año pasado fue la primera vez que vine a Boston y esta vez quería superar mi tiempo pero no se pudo». Este fue su décimo primer maratón completado y no duda en afirmar: «Es el más duro que he corrido».
El costarricense Cristian Arguello fue el tercero en la lista de latinos. Llegó en el puesto 146 y fue otro decepcionado de sus tiempos. «Ya corrí en Chicago y Miami, pero con esta temperatura se me hizo imposible mejorar», se lamentó.
Sólo dos latinoamericanos han ganado el maratón de Boston: Mateo Flores de Guatemala en 1952 y Álvaro Mejía de Colombia en 1971. Este año, el país africano Kenia se llevó los galardones, con Wesley Korir y Sharon Cherop a la cabeza en sus respectivas divisiones. Korir llegó casi diez minutos por detrás del récord mundial que hizo Geoffrey Mutai el año pasado, y su tiempo es el segundo más lento desde 1985.
ENTRENANDO EN BOSTON
Fernando Díaz, un colombiano residenciado en Massachusetts, decidió correr el maratón a favor del ChildrenÂ’s Hospital Boston y motivado por su hija de seis años, quien nació con problemas del corazón y fue operada y atendida en este hospital de recién nacida. «Recaudé más del doble de los $4,000 que se nos pedía a los participantes que corríamos por una causa», afirma complacido el colombiano quien llegó a Boston en 1986.
Su entrenamiento consistió en trotar tres días a la semana individualmente, y un día en equipo, sobre la ruta del maratón. Su experiencia previa empezó en 2009 cuando corrió medio maratón en Boston. En 2010 completó medio en Montreal y el año pasado salió sorteado para participar en el maratón de Nueva York.
«Siempre había querido correr Boston», cuenta. Aunque esperaba completar el maratón en 4 horas y media, el calor le hizo tardar una hora más de lo esperado. Pero Fernando terminó el maratón, exhausto como todos, pero en buenas condiciones. «No pude mejorar mi tiempo, pero lo logré», comentó unos pocos pasos después de la línea final. Y es que no es lo mismo decir «Corrí el maratón de Boston» que «Corrí el maratón de Boston en 2012».