America Ferrera es reconocida como Betty La Fea, en su versión estadounidense. La actriz de 27 años personificó la copia del personaje colombiano en la serie «Ugly Betty», producida por Salma Hayek.
Gracias a este rol, Ferrera ganó premios como un Emmy y un Globo de Oro, que reconocieron su talento artístico. Al mismo tiempo, la serie se volvió popular porque presentaba a un personaje latino en Estados Unidos consiguiendo sus metas profesionales sin dejar atrás sus valores culturales.
Ferrera también ha actuado en películas como Real Women Have Curves y Sisterhood of the Traveling Pants. Es una actriz hispana famosa cuya carrera sigue desarrollándose exitosamente. Lo que muchos tal vez no saben es que Ferrera hace más que actuar.
La joven es una apasionada activista de los derechos infantiles y la educación. Como embajadora artista (Artist Ambassador) para la organización «Save The Children», ella recauda fondos para construir escuelas y viaja a diversos lugares para dar pláticas acerca de la importancia de aprender.
Hace dos semanas, Ferrera ofreció una de éstas charlas en Bunker Hill Community College. Frente a una audiencia de casi 500 personas, Ferrera explicó cómo comenzó su carrera y cómo su educación es lo que la ha sacado adelante. Antes de dedicarse a la actuación, Ferrera era una estudiante estelar, pero dejo la universidad para enfocarse en la actuación.
«Cuando tenía 18 años empecé a audicionar y un agente me dijo que no tenía la imagen para atraer a la gente, que no estaba intentando lo suficiente no ser tan Â’étnica,Â’ y que no podría ser una buena actriz», dijo Ferrera a los asistentes. «Pero dentro de un año, todo lo que quise se hizo realidad. Me volví una actriz porque era distinta, porque reconocí que no debían darme vergà 1/4enza mis raíces».
La fama le vino a Ferrera rápidamente, como dijo, luego de su película Real Women Have Curves. En ella, una chica mexicoamericana tiene que balancear las expectativas que su madre tiene para que ella trabaje en el negocio familiar, y su sueño personal de ir a la universidad para ser profesionista. Un rol que Ferrera personificó perfectamente ya que su vida era similar a la de su papel ficticio.
Después de acostumbrarse a los paparazzi y a dar autógrafos, Ferrera dijo que el interés de ayudar a los demás creció en ella. Recordó a aquel agente que criticó su etnicidad y se imaginó que debía de haber muchos jóvenes que necesitaban apoyo moral. Decidió asistir la universidad y convertirse en una actriz activista.
«Yo pensé que estaba haciendo todo bien y me sentía muy orgullosa de mí misma, pero cuando llegue a la universidad me di cuenta de que no sabía nada. No sabía la historia de otros países, los problemas globales que existían, la pobreza en la que vive la gente; no sabía nada de nada. Me dio mucha pena y rabia», confesó la actriz.
En efecto, Ferrera no sabía ni dónde empezar a ayudar. Tanto que en sus clases muchas veces lloraba de la impresión que las clases le causaban.
«Muy pronto mis compañeros de clase me apodaron Â’la lloronaÂ’, ¡porque era susceptible a todo!» añadió la estrella, provocando risas entre los asistentes.
Ferrera se interesó en las relaciones internacionales y decidió afiliarse con organizaciones no lucrativas enfocadas en la educación global. Al mismo tiempo que ella estudiaba y aprendía por medio de sus clases, viajaba y ganaba conocimiento por medio de su voluntariado.
«He sido muy afortunada al poder viajar a India, África, Afganistán y otros lugares en los que he visto el valor de aprender y cómo la gente tiene deseos de crecer», dijo Ferrera. «Si hay algo que le recomendaría a un estudiante es el viajar y ayudar, solo así se ve como es el mundo real fuera de nuestro hogar».
El año pasado, después de tres años como universitaria y activista, Ferrera recibió más premios, en esta ocasión vez por sus logros humanitarios. A través de su página de Facebook, Ferrera pidió donaciones de cualquier cant