SAO PAULO (AP) – La destrucción anual de la selva del Amazonas cayó este año a su menor nivel registrado, dijeron el lunes las autoridades, que atribuyeron la mejoría a medidas del gobierno contra la tala.
La destrucción entre agosto del 2010 y julio del 2011 fue de 6.238 kilómetros cuadrados (2.409 millas cuadradas), de acuerdo con el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales. Desde 1988, Brasil ha estado monitoreando por satélite la destrucción de bosques.
La tala alcanzó su pico en 1995, cuando 29.059 kilómetros cuadrados (11.220 millas cuadradas) de selva fueron destruidos.
En una conferencia de prensa en Brasilia, la ministra del Ambiente Izabella Teixeira dijo que «la pronta reacción del gobierno» y los objetivos de Brasil de reducir la deforestación y sus emisiones de carbono llevaron a lograr la mejoría.
«Tenemos que continuar con determinación para reducir la deforestación ilegal en el Amazonas», dijo.
El gobierno de Brasil ha incrementado la aplicación de las leyes ambientales en años recientes, mayormente con el envío de agentes armados a la selva para realizar redadas en áreas de deforestación. Las autoridades dicen que eso ha ayudado a reducir la tala.
El anuncio de la caída se produce en momentos en que el Senado brasileño se apresta a votar esta semana sobre cambios a las principales leyes ambientales del país, que reducirían las restricciones sobre la forma en que los pequeños granjeros usan sus tierras en el Amazonas.
Los ambientalistas temen que los cambios causarían un incremento en la deforestación. Los operadores de granjas pequeñas dicen defender la propuesta, pues consideran que les permitiría producir a plena capacidad y aumentar la producción alimentaria en Brasil.
La ley permitiría a granjeros con propiedades pequeñas trabajar tierras más cercanas a ríos y usar colinas. Provee además una amnistía de multas severas a granjas de cualquier tamaño que deforestaron un área mayor que la permitida, pero solamente por talar antes de julio del 2008.
Aunque serían librados de multas ya impuestas, los granjeros con tierras más grandes aún tendrían que replantar las tierras que deforestaron más allá de los límites legales o comprar y preservar la misma cantidad de tierra forestada en otras partes para compensar lo que talaron.
En el Amazonas, 80% de una propiedad debe permanecer como bosques intactos. En otras partes de Brasil, la proporción va de 35% a 20%.
Los pequeños granjeros, aquellos con menos de 400 hectáreas (990 acres), no tendrían que replantar tierra deforestada antes de julio del 2008, pero sí áreas que deforestaron ilegalmente desde entonces.
La medida fue aprobada ya en la cámara baja y se espera que el Senado la apruebe, antes de ser enviada a la presidenta Dilma Rousseff, quien se espera la firme.
Brasil es considerado el sexto mayor productor de emisiones de carbono en el mundo, y 75% de esas emisiones son generadas por la quema de bosques.
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