Por Martín del Palacio
Como suele ocurrir con el buen cine mexicano, se vio primero en Estados Unidos, más precisamente en el prestigioso festival que organiza en Los Ángeles el American Film Institute. Luego, fue una de las grandes promesas nacionales que se exhibieron en el Festival de Cine de Guadalajara, el evento cinematográfico más importante del vecino país, para estrenarse finalmente en septiembre de 2008 en todos los cines mexicanos, recibiendo una entusiasta respuesta tanto por parte de la crítica como de la audiencia. Es que si algo distingue a «Mejor es que Gabriela no se Muera», el debut en el largometraje de Sergio Umansky, un veterano de la televisión local, es su inteligente manejo de dos realidades que conviven cotidianamente en México, la de la calle, en donde todo vale para encontrar de alguna manera los recursos para sobrevivir, y la que pintan las telenovelas que hacen palpitar a la gran mayoría de los habitantes del país, un mundo rosa en donde el amor siempre termina triunfando por encima de todos los problemas. En tono satírico, este filme que fue escrito por el venezolano Ricardo Hernández Anzola, que como autor de «La trepadora» algo sabe sobre estas producciones televisivas típicamente latinoamericanas que han conquistado todos los rincones del mundo, cuenta una historia en el México contemporáneo que poco a poco va complicándose con la misma facilidad con que lo hacen los argumentos telenoveleros, lo que nos permite reírnos tanto del género como de las situaciones que plantea la película.
Rodada a un costo de dos millones de dólares, una suma bastante importante para cualquier producción latinoamericana, «Mejor es que Gabriela no se Muera» cuenta la historia de Miguel (Mauricio Isaac), un guionista de una popular telenovela que con algunas copas de mas es detenido por la policía en un control de alcoholemia. Cuando Bracho (Dagoberto Gama), el agente a cargo, se entera que el hombre que tiene a su disposición escribe la telenovela que aunque no se atreva a admitirlo, sigue religiosamente todas las noches, le ofrece dejarlo ir a cambio de que le cuente que es lo que ocurrirá con la Gabriela del título, la villana del culebrón, quien es su personaje preferido. Miguel, sin pensarlo dos veces, le dice que se casará con el otro villano de la historia, y se marcha feliz con lo barato que ha sacado el asunto. El problema comienza cuando Ana Victoria (Gabriela Roal), la actriz que interpreta a la malvada de la tira, se pelea con los productores y decide abandonar la tira. Sin preocuparse demasiado, estos la dejan ir, pidiéndole a los guionistas que simplemente maten a su personaje. Cuando se difunde el capítulo en que se revela su triste final, Bracho, quien se ha pasado varias semanas haciendo alarde de sus conocimientos sobre el futuro de la trama, se convertirá en el hazmerreír de amigos, familiares y compañeros de tropa, por lo que ni corto ni perezoso, buscará a Miguel para hacerle saber que «mejor es que Gabriela no se muera», porque si eso pasa, él también se irá de este mundo. Como en toda buena comedia de enredos, a partir de ese momento Miguel buscará todos los recursos a su alcance para convencer a Ana Victoria de que no se marche de la producción. En el numeroso elenco de esta película se cuentan unos cuantos veteranos de las producciones más populares de la televisión mexicana, como Eduardo Santamarina, Stephanie Salas y Miguel Pizarro. A partir del martes 16 de febrero «Mejor es que Gabriela no se Muera» está disponible en DVD a lo largo y a lo ancho del territorio norteamericano en una nueva iniciativa para difundir nuestro cine de Maya Home Entertainment. El filme puede verse en español con subtítulos en inglés y el precio de venta al público es de $ 19.98