Por Felicitas Baruch
Decidido a servir a la patria que le vio crecer, Juan Valdez partió a Irak al alcanzar la mayoría de edad, pero pronto aprendería que las luchas no acabarían en el campo de batalla. Sobreviviendo a la lesión física que le trajo de vuelta, encontró que hay heridas que nunca sanan del todo.
«Al regresar [de Irak] me sentía frustrado porque yo quería estar allá con los amigos, y sentía que los había dejado, que era una mala persona. Empecé a notar que tenía problemas de actitud», explica Valdez a El Planeta, al recordar la lucha por reintegrarse a la vida normal al lado de su familia.
A la frustración se sumaron pesadillas, cambios repentinos de humor y depresión, actitudes que no pasaron desapercibidos para su familia, en especial para sus padres. «Me puse a pensar, y me di cuenta que yo no era esa persona. Y busque ayuda». El diagnóstico, recuerda, llegó poco después: lesión del cerebro y Trastorno por Estrés Postraumático [TEPT].
Valdez encontró que al igual que él, muchos otros marines y militares que habían servido en conflictos armados atravesaban por la misma situación. De acuerdo con cifras del Departamento de Veteranos, el 20% de los veteranos desarrollan TEPT, el trastorno sicológico que se produce tras la exposición a un evento traumático que involucra un daño físico. «Uno allá [en Irak] vive diferente a la gente aquí, y muchas veces vemos lo peor de las personas; nos hieren, vemos amigos morir», dice el marine al recordar los hechos que le afectaban a su regreso en 2006, y que hasta la fecha le acompañan.
Hoy, a los 25 años de edad, la lucha en el campo de guerra y en especial la lucha que los veteranos libran aquí a su regreso, es la mayor motivación para Valdez, quien el próximo 23 de mayo participará en el programa «Red Sox Home Base», una carrera a beneficio de los veteranos de Irak y Afganistán afectados por lesiones cerebrales y TEPT.
«Tengo muchos amigos que están afectados por las dos cosas [lesión cerebral y TEPT], y otros que se quedaron allá. Correremos en memoria de los amigos», dice Valdez, quien creció en el barrio de Hyde Park a donde llegó a los cuatro años de edad procedente de su natal República Dominicana.
La carrera del programa «Red Sox Home Base», producto de los esfuerzos conjuntos de La Fundación Red Sox y el Hospital General de Massachusetts, pretende recaudar alrededor de $2 millones para atender a los veteranos de guerra y a sus familias, explica Meg Vaillancourt, Directora Ejecutiva de la Fundación Red Sox.
«Esperamos [al mismo tiempo] recaudar dinero y crear consciencia sobre la depresión y los Trastornos por Estrés Postraumático entre la población», dice Vaillancourt al dar cuenta de la carrera que se realiza por vez primera en Boston, y que tendrá como arranque y meta el Parque Fenway, el hogar de los Red Sox.
Los servicios que ofrece el programa «Red Sox Home Base» van desde la consejería sicológica a los veteranos y a sus familias, hasta tratamientos que incluyen medicamentos e innovaciones tecnológicas, así como la creación de consciencia entre el público en general acerca de los males que afectan a las familias cuyos miembros se ven involucrados en los conflictos militares de Irak y Afganistán.
Hace cuatro años, afectado por las lesiones físicas y sicológicas que le dejó el conflicto en Irak, Valdez recibió ayuda sicológica y tratamiento que le permitió ayudar a controlar aquella situación.
«Sí, mi actitud cambió, y no solo por el medicamento» apunta Valdez, al subrayar que a pesar de las mejorías, hay que secuelas que llevará por siempre.
«Uno nunca olvida lo que pasa allá, pero uno crece y acepta lo que pasó, y lo