Por: Ilan Stavans
Esta semana enterraron en Santa Bárbara al crítico chicano Luis Leal. Murió a una edad en la que es natural morirse: tenía 102 años. La distancia me impidió asistir al velorio. En esta columna le rindo tributo.
De origen humilde (nació en Linares, Nuevo León), Leal despertó tarde al quehacer intelectual. Años después de emigrar a los Estados Unidos, se enlistó en el ejército–luego de recibir la ciudadanía norteamericana–y luchó en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. Recibió su licenciatura a los 33 años y su doctorado a los 43. Leal impartió cátedra en varias universidades, entre ellas Chicago, Emory, Mississippi e Illinois. Publicó una cuarentena de libros, entre ellos una breve historia de la literatura hispanoamericana, un estudio del Día de los Muertos, varias antologías del cuento y un análisis del concepto de «Aztlán», así como investigaciones sobre el folclore y el realismo mágico.
Tenía una mente enciclopédica y supo hacer buen uso de ella. Es más, su apellido es clave: su lealtad a la tradición cultural chicana es incomparable. Me atrevo a creer que Leal inventó esa tradición. Sus abultados archivos bibliográficos, hospedados en Stanford University, son la prueba irrefutable.
Nos vimos sólo dos o tres veces, una de ellas en un almuerzo en Nueva York en diciembre de 2004, en Nueva York, en el marco de la convención de la Modern Language Association. Yo nunca asisto a esas convenciones pero Leal me había citado. Nuestra conversación fue placentera. En la tarde yo tenía que verme con un editor en una de las tantas salas de la convención pero no había pagado la inscripción y no tenía un gafete. Leal me prestó el suyo. Así es como fui Luis Leal por un par de horas. Hasta el final de sus días él se alegraba de haberme cedido su identidad temporalmente.
Si no recuerdo mal, fue esa vez cuando le propuse editar una selección de sus ensayos. «A Luis Leal Reader» salió en 2007. Aunque es motivo de orgullo, en realidad es una mera nota a pie de página en el fructífero diálogo epistolar que él y yo mantuvimos durante seis años y que me servirá de brújula para siempre.
El ensayista y profesor mexicano Ilan Stavans, autor de «La Condición Hispánica» y otros libros, imparte la cátedra Lewis-Sebring en Amherst College. Su e-mail esilan@elplaneta.com.